El historiador del arte José Francisco Yvars sucedió en 1993 a Carmen Alborch al frente del IVAM, puesto en el que se mantuvo hasta el cambio de poder en la Generalitat. En el pasado ha comisariado exposiciones en el museo. Hoy dice vivir alejado de polémicas y conflictos en torno al buque insignia del arte en Valencia, aunque le duelen, asegura. «El IVAM ha sido una referencia y lo importante es que lo continúe siendo», afirma. Y lamenta, en este sentido, «la erosión» que sufre una institución «que no es fruto de un milagro, sino de la responsabilidad de quienes lo hicieron y de la sociedad valenciana».

Puesto en la disyuntiva de pronunciarse sobre qué erosiona más, la aparición de informes, como el de la Intervención de la Generalitat, que retrata una gestión con numerosas irregularidades en la etapa de Consuelo Ciscar (2004-2014), o los propios hechos denunciados, Yvars pone el foco en el consejo rector, donde está la máxima autoridad política de la cultura, recuerda. «Las cosas han de dirimirse en ese ámbito», asevera a Levante-EMV.

El exdirector argumenta que las actuaciones principales han de pasar por este órgano y han de ser aprobadas por él, de modo que se podrían «haber tomado medidas de corrección».

Yvars, que se declara siempre amigo del IVAM, considera que el prpblema «esencial» del museo es que cuenta en 2015 con el mismo presupuesto que en 1989, cuando se creó: 5,6 millones de euros. Eso «es gordo», zanja.