El director del IVAM, José Miguel G. Cortés, desacreditó la composición actual del consejo rector del museo ayer, al término de la última reunión de esta legislatura, días antes de que los actuales altos cargos del PP abandonen los despachos y llegue un nuevo Consell. Fue tras un encuentro de dos horas «tensísimo», según algunos participantes, del que Cortés salió «con la cabeza a diez mil», dijo a los periodistas. Frente a ellos, en un momento, se giró hacia su propia espalda para mostrar que allí estaba él solo dando la cara. Nadie detrás. «¿Dónde está el consejo rector?», se preguntó. También lamentó la ausencia de la consellera de Educación y Cultura, María José Català, presidenta del consejo, en una reunión que no era de trámite. Sobre la mesa estaba el informe provisional de la Intervención que señala sobrecostes y numerosas irregularidades durante la gestión de la predecesora de Cortés en el IVAM, Consuelo Ciscar.

Pero la queja del director no fue solo por cuestión de formas. Disparó al centro de la sustancia del actual consejo rector, dominado por cargos de la administración autonómica (7) frente a solo dos profesionales «independientes» ( la decana de la Facultad de Geografía e Historia, Ester Alba, y el catedrático de Arquitectura José María Lozano) y el titular del museo.

«El IVAM necesita un nuevo consejo rector y los políticos nuevos lo saben», lanzó sin medias tintas. El modelo, a su juicio, debe ser el que existía antes de la reforma de 2012 (con Lola Johnson): uno formado «fundamentalmente» por expertos en arte.

El actual consejo rector es una copia en su estructura del de CulturArts. Junto a él, como sí ocurrió en el citado conglomerado de empresas públicas, debería haberse creado un consejo asesor con profesionales, pero nunca se constituyó en el IVAM.

Para Cortés, sin embargo, bastaría con un consejo rector con una composición adecuada.

El director del museo valenciano de arte contemporáneo lamentó asimismo que ayer no se pudiera aprobar el plan de adquisiciones de obras de arte para este año. Figuraba en el orden del día, pero Català „como presidenta, tiene la última palabra„ «lo eliminó hace dos o tres días», dijo. ¿Por qué? Pregúntenle a ella, respondió.

Dicho y hecho. Un portavoz de Cultura alegó que las compras no se pueden aprobar mientras no se cree el consejo asesor, que es eso lo que recomienda Intervención de la Generalitat, añadió, y que el consejo rector no está capacitado para abordar un asunto así.

Cortés lanzó ayer un grito tan desesperado „es metáfora„ como previsiblemente poco fructífero para romper con el pasado. Asumió las palabras del nuevo alcalde, Joan Ribó, sobre su predecesora para afirmar que «Ciscar y [Rita] Barberá son pasado y el IVAM quiere hablar de futuro». «Tenemos que salir de ese ruido, porque esto no hace más que socavar al museo», agregó. Dejó caer, eso sí, que su equipo «ha hecho más actividades en siete meses que en los últimos años». Sin acritud, como diría Alfonso Guerra.