A pesar de que en los últimos años se ha trazado un relato sobre la vida de Rafael Guastavino, el arquitecto sigue siendo en Valencia un mito subterráneo. Y eso que en vida se hizo célebre por los tejados. Concretamente el de bóveda tabicada, una construcción extendida en el mediterráneo desde el siglo XV pero desconocida al otro lado del Atlántico. Guastavino, nacido en Valencia en 1842, tuvo el genio de exportar esta bóveda de ladrillo cuando huyó de España (antes se había trasladado de Valencia a Barcelona) para saludar a la Estatua de la Libertad con la gorra. El arquitecto patentó aquella estructura que ofrecía resistencia a los incendios en el momento preciso en que Nueva York apuntaba hacia el cielo sin remedio. Guastavino se hizo millonario en la capital del mundo y cuando murió The New York Times tituló la necrológica El arquitecto de Nueva York.

De este mismo título parte un documental de producción valenciana „Endora„ que rescata al arquitecto y que se encuentra en pleno rodaje. La directora, Eva Vizcarra, pone de relieve la obra de «un hombre tremendamente listo» cuyo apellido impregna construcciones como el puente de Queensboro o los bajos de la Estación Central. Según Vizcarra, si Guastavino no ha sido encumbrado en el imaginario colectivo es por la mojigatería de la sociedad. «Era mujeriego y canalla, eso nos hace mirar para otro lado». Siguiendo las migas de pan que dejó Guastavino, la película viaja de Valencia „con testimonios de varios arquitectos de la ciudad, incluido el presidente del Colegio de Arquitectos„, a Barcelona, y de ahí salvará el océano para recorrer la huella del arquitecto en Nueva York y Boston; allí el equipo entrevistará a Norman Foster. La película cuenta con financiación de Porcelanosa, conseguida gracias a que el bisabuelo de Guastavino levantó la basílica de Vila-real. También han aportado CulturArts y RTVE, que la emitirá en sus Imprescindibles. El estreno está previsto en noviembre.