«Psicología del éxito». El nombre del libro suena a guía, a manual...
Bueno sí, se podría decir eso. El libro está basado en el éxito integral. Esa es la clave de todo. En las más de mil páginas abordo la realización profesional, la plenitud física y la maestría emocional. El éxito radica en que hay que atender a esos tres pilares porque si descuidas uno de ellos, te puede sabotear. El libro es un poco arriesgado, porque el formato tiene algo de broma para hablar de cosas muy serias. Y creo que lo bueno que tiene es que está escrito en un lenguaje muy coloquial, para todos.
Usted habla de que su libro es un manual de autoayuda que rompe con su propio género dejándolo obsoleto. ¿Cuáles son esos puntos de ruptura?
Los puntos de ruptura son varios, pero, principalmente, este libro es una cruzada antiesotérica. Nosotros podemos conseguir grandes cosas, tenemos un gran poder tecnológico, pero es que el resto de las obras parece que hay hecho un pacto y que lo justifiquen todo con algo esotérico. Para mi el éxito no depende de algún fenómeno paranormal sino que se basta por sí mismo.
Todos sus libros anteriores «Sex code», «Sex Crak», «Apocalípsex» etc... hablan de sexo. Y de repente abandona la idea del sexo y se pone a hablarnos del éxito. ¿Por qué?
Pues mira, la verdad es que lo que he hecho antes no es algo tan distinto. No es tan diferente porque en ambas cosas lo que se trata es de gestionar emociones. Yo lo que hacía antes hablando de sexo era enseñar a venderme, y ahora lo que hago en este libro es enseñar a crear el producto.
El prólogo de su libro lo ha escrito Jorge Lorenzo, un ganador...
Podría haber buscado a cualquier autor que hablara de autoayuda, pero quería un ganador de verdad. Y este hombre hace cosas...
Vamos a un caso práctico que he leído en su libro. «Mi pareja me ha dejado de querer». ¿Qué se debe hacer?
Lo primero es si tú no te has dejado de querer antes que ella. El problema es que muchas veces confundimos el amor con una necesidad. Es lo que nos han inculcado. Nos han mandado mensajes de dependencia emocional. Somos cagones afectivos porque no somos capaces de estar solos cuando tenemos la copa llena.
¿Y no es mejor la química que la psicología? Tomarse una pastilla, por ejemplo.
La pastilla es un error. Sólo logras gratificación de forma instantánea. Están bien para cosas agudas, como tomarte un antibiótico, pero para los problemas crónicos no funcionan. Ahí hay que trabajar de raíz el problema.
