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Investigación

La leyenda negra de los Borja entró por Castilla

Una investigación que se presenta en el Col.loqui Internacional de Llengua desmonta el mito de la familia, que los historiadores valencianos ignoraron

La leyenda negra de los Borja entró por Castilla

Ni compra del papado, ni incesto, ni orgias como la supuestamente protagonizada por Alejandro VI en el bautizo de la pequeña de los Bichi en Siena. Ninguno de esos elementos centrales en la leyenda negra de la familia Borja está en las crónicas de los historiadores valencianos del siglo XVI, como Melcior Miralles, Martí de Viciana, Gaspar Escolano o Francesc Diago. Sí que hablan algunos de ellos, claro, de la prole del segundo papa Borja (Roderic), pero un pontífice o un clérigo con hijos no era un fenómeno extraño en la Italia del siglo XV. El mito oscuro de la poderosa familia llegó a Valencia, sí, en la segunda mitad del siglo XVI, pero fue a través de cronistas castellanos.

Esta es la tesis que plantea el profesor valenciano Joan Emili Roig (ejerce en Cataluña) en una comunicación que presenta hoy en el 17 Col·loqui Internacional de Llengua i Literatura Catalanes, inaugurado ayer en la Facultad de Filología de la Universitat de València. En total, se expondrán más de 170 comunicaciones durante las jornadas.

El trabajo se enmarca en la tesis doctoral de este investigador, sobre la recepción de los Borja, y enlaza con un artículo que acaba de publicar en la revista Scripta en el que desmonta las dos acusaciones fundamentales en la época contra Alejandro VI: la de la bacanal en Siena en 1460 (era aún un joven cardenal) y la de la compra de todos los cardenales en 1492 para acceder al papado.

Jerónimo Zurita y Gonzalo Fernández de Oviedo son los nombres de los introductores de la leyenda negra en la Valencia de la segunda mitad del XVI, explica Roig a Levante-EMV. ¿Por qué? Más que intenciones políticas, el profesor se decanta por la voluntad de desprestigiar. Habían conocido las historias que circulaban en Italia y dan por buenas «las mentiras» y las difunden por su contenido morboso y atractivo.

La pregunta que salta es por qué el silencio de los historiadores. ¿Por desconocimiento o por patriotismo? Lo primero, opina Joan Emili Roig, si bien es un punto en el que habría que profundizar.

«Estoy convencido que si Melcior Miralles hubiera conocido la historia de la orgia del bautizo de la niña de la familia Bichi alguna cosa hubiera dejado caer», afirma. El autor del Dietari del capellà d´Alfons el Magnànim no era un defensor de los Borja. Al contrario, critica el nepotismo de Calixte III (Alfons, el primer papa Borja) y muestra cierta antipatía hacia Alejandro VI por la exhibición de riquezas y oropeles que realiza en su viaje a Valencia como cardenal.

Roig pretende extender su investigación hasta el siglo XX. Sobra material porque la leyenda de la eterna familia valenciana, que incluye sangre, poder y sexo en grandes dosis, es tan atractiva que hoy continúa dando pie a películas y series. Todas hijas más bien de la sobreexplotación de los Borja en el Romanticismo que de la historia del siglo XV.

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