Cerró su relación con el Palau de les Arts hace un año. Desde la distancia contempló la intervención policial en el coliseo en enero pasado, que acabó con la destitución de la intendente, su amiga Helga Schmidt, tras su imputación en tres presuntos delitos. Seis meses después, desde Tel Aviv, expresa a Levante-EMV el mismo grado de indignación, si bien es más directo en sus críticas al Consell de Alberto Fabra y María José Català. El regreso parece lejano.
Hace un año que se despidió de Valencia. ¿Cuáles son sus sensaciones hoy sobre el proyecto dejado?
Solo oigo historias, no sé nada seguro, por lo que no tengo una opinión muy clara, pero estoy muy preocupado con lo que esta pasando con Helga Schmidt y con el trato que se le está dando. Ella ha llevado esta ópera a un nivel mundial con los mejores cantantes, directores y orquestas, y por lo que escucho esto ya no pasa.
¿Le preocupa la nueva orientación de Les Arts?
No estoy preocupado con el nuevo orden de cosas, solamente con el trato a la señora Schmidt. No lo puedo aceptar.
¿Ha hablado con Helga Schmidt recientemente?
Sí, hablo con ella muy a menudo. Tampoco entiendo con qué autoridad han cambiado el nombre del teatro. ¿Ha dado el presidente valenciano el permiso?
No lo sé. Pero el nombre oficial del teatro sigue siendo el mismo, solo que ahora se utiliza «Les Arts» como marca?
¿Pero por qué quitan el nombre de Reina Sofía aunque sea para publicidad? Me interesa esa pregunta. Quiero saber con qué permiso lo han hecho.
Son otros los que tendrán que contestar?
Pues debería escribir que me hago esta pregunta.
¿El Festival del Mediterrani lo da por muerto? La intención del nuevo intendente, Davide Livermore, es un festival con un sello diferente, dedicado a Martin i Soler y con la colaboración de otras ciudades europeas.
No sé nada de esto. ¿Tienen un festival este año?
En 2016 no habrá, pero la idea es que pueda haberlo el verano siguiente.
Davide Livermore es el nuevo intendente y tiene sus propias ideas que hay que respetar, por supuesto. Yo solo quiero saber si hay festival o no, porque no lo sé.
¿Qué le pediría al nuevo Gobierno valenciano?
Lo primero, que por favor devolviera el puesto y la reputación a la señora Schmidt, y su pasaporte. Es inhumano el trato a una persona que lleva trabajando en el teatro desde el año 2001 con tanta fidelidad, dedicación y honestidad. Y me gustaría saber quién ha sido el responsable de quitarla del cargo. No es responsabilidad de este gobierno, sino del pasado.
¿Está decepcionado con el gobierno de Alberto Fabra?
Extremadamente decepcionado, muy decepcionado, por cómo han acabado con la carrera de Helga Schmidt sin que la investigación estuviera acabada. La podrían haber apartado temporalmente, hasta que la investigación finalizara, pero echarla es absolutamente inaceptable.
En el informe sobre la gestión de Helga Schmidt también aparece su contrato y lo ganado hasta 2013 en Valencia: 5,3 millones de euros. Para algunos, es demasiado. ¿Qué puede decir?
No puedo asegurar cuánto gané. Estuve muy bien pagado, pero nunca lo conté todo junto. Lo que puedo decir es que hice 6, 7 u 8 óperas al más alto nivel, con los cantantes más fabulosos y una orquesta que me encanta. La orquesta del Palau de les Arts Reina Sofía es una de las mejores de Europa y les echo muchísimo de menos. Por supuesto, estuve muy bien pagado, pero han acusado a la señora Schmidt de llevarse un porcentaje de nuestros ingresos, y eso es completamente falso.
¿Ha hablado con el señor Livermore?
Recientemente, no.
¿Qué condiciones han de darse para que regrese?
La completa restitución de Helga Schmidt. Esto es muy importante para mí y para cualquier persona con conciencia. Ellos perdieron las elecciones, así que ahora están fuera y la señora Schmidt también. Yo amo ese teatro y la orquesta; hice maravillosas óperas y conciertos con ellos, y es una pérdida para mí no estar ahí, pero no puedo volver con gente deshonesta.
Una de las ideas sobre la mesa es abrir el teatro, no solo ópera, dotarlo de más actividad. ¿Ve en peligro lo construido?
Ya se hizo, por ejemplo, el concierto de Plácido Domingo, en el que Livermore fue un director de escena excelente. Ya había gran actividad y se le daba mucha importancia a alcanzar una calidad excelente: Chailly, Gergiev? No sé qué directores están viniendo ahora. Fue trabajo de Schmidt y no creo que se le esté agradeciendo.
¿Es más feliz ahora en la música, a punto de los 80 años, que cuando empezó?
Llevo en la música más de 50 años y he tenido la suerte de ser director de la Filarmónica de Los Ángeles, de la de Nueva York y vitalicio de la de Israel. Desde esa perspectiva, solo puedo estar muy contento.
¿La última crisis es la peor que ha conocido?
Hay crisis en todos los sitios. Solo espero que el nuevo gobierno apoye con más dinero al Palau de les Arts.
La ópera es para elites, empieza a oírse. ¿Qué diría?
No lo creo. Con el programa adecuado, las óperas suelen estar llenas y son muy populares. Espero que la gente vaya a ver la nueva programación y que la temporada sea exitosa.
