Decía el escritor francés Romain Rolland que la vida «es una serie de muertes y resurrecciones». Algo de ello es aplicable a la trayectoria de este Javier López «El Javi» quien nació el 29 de noviembre de 1982 en Valencia. Fue un destacado alumno de la escuela de Valencia, con la que toreó con mucha frecuencia entre 1999 y 2003. Luego debutó con picadores el 6 de septiembre de 2003, en Villalba de la Sierra. «Fue con una novillada de Viento Verde, a la que corté cuatro orejas y un rabo. Luego toreé bastante ese año. Tomé parte en el certamen Puerta Grande y dentro de él maté en Toledo una novillada de Joselito. Aquel año debuté en Valencia, el 18 de junio», cuenta el torero.

Valencia fue una plaza en la que estuvo anunciado con frecuencia. «Y fue un honor para mí. Es más, la tarde que con más cariño recuerdo fue la de mi debut en ella con la escuela. Fue el 7 de mayo de 1999 y le corté una oreja a un novillo de La Quinta. Aquello me dio mucha moral y repetí en la feria de Julio. Luego el año siguiente volví en mayo y octubre, en 2001 toreé en fallas, Julio y octubre, y en 2002 en Julio». Asimismo tomó parte en muchos concursos en los que participaba la escuela. «Y aquello me abrió las puertas de otras zonas, ya que lo hice en Ciudad Rodrigo, Medina de Rioseco, Huerta del Rey, y luego por aquella región me contrataron mucho».

En 2005 la presentación en Madrid fue complicada. «Fue el 28 de agosto en una novillada de Hato Blanco, que salió muy difícil. Los novillos me cogieron varias veces, di la cara pero las cosas no salieron como yo quería. Y entonces todo se puso difícil y se hizo muy cuesta arriba conseguir contratos. Luego las cosas aún se complicaron más con un accidente de coche que tuve la víspera de torear el 6 de junio 2008 en Valencia. Me rompí dos costillas, no debí haber hecho el paseíllo, pero las ganas pudieron más. Las cosas no fueron bien. Y para mayor desgracia, a los ocho meses me rompí los ligamentos de la rodilla, lo que me tuvo dos años parado. Y cuando reaparecí en un festival, un novillo me dio una cornada grande, así que las cosas se pusieron imposibles».

Después de tantos años sin torear, al aficionado le sorprende el anuncio de la alternativa. «Bueno, no he toreado en la plaza, pero no he dejado de hacerlo en el campo. Tengo con mi hermano una finca en El Toro, con ganado procedencia del Marqués de Domecq, al que compramos la mitad de la ganadería, y hemos ido añadiendo cosas de Corbacho Grande, Manuel Valenzuela, Zalduendo y las Ramblas. Yo me he dedicado a tentarlo todo, con lo que no he dejado de torear todos los días».

Entrenamiento físico y también mental. «Por supuesto. Este tiempo de parón me ha dado tranquilidad, para la reflexión y el análisis de lo que yo era como torero. Había perdido frescura, y ahora he podido ir corrigiendo cosas en las que antes fallaba. En el campo, me divierto y me motivo toreando, y trato de hacer el toreo que yo siento, sin presión. He cogido mucho oficio y lo veo muy claro».

El próximo día 18 afronta el reto de la alternativa en la plaza de Xàtiva. «Es para mí una gran satisfacción, entre otras cosas porque mi padre, por su empresa de barnices, tiene mucha relación con la ciudad, y mi apoderado, Diego García, es de allí. Luego, el cartel es de lujo y la ganadería también. No puedo pedir más».

Ese día estrenará un terno celeste y plata. «Siempre me ha gustado ir de plata, sobre todo el blanco y plata, porque admiro mucho a Palomo Linares, incluso al principio me comparaban con él físicamente. Me acompañarán como banderilleros mi hermano Fernando, César Fernández y José Miguel Cobo, y a caballo El Puchano y Jaime Soro. Y toro de la alternativa se lo brindaré a mi familia, a mi hermano que estará conmigo abajo y a mi padre en el tendido».

Y tras la alternativa, ganadero y matador. «A luchar junto a mi apoderado. Yo me encuentro fuerte, maduro, lo veo muy claro, y seguro que saldrán cosas. Y tengo una ganadería en la que no paro de torear. De momento lidiamos en la calle, porque queremos ir paso a paso. Pero tenemos la intención de lidiar en plazas cuando tengamos garantías. Y por supuesto ir a Valencia, tanto como torero como ganadero».