Ayer se marchó el escritor valenciano Rafael Chirbes a los 66 años tras una enfermedad desarrollada de forma fulminante en los últimos días. De él se decía que era un autor crítico, muy arraigado en la sociedad. Sus obras le dieron la distinción de llegar a ser uno de los mejores escritores valencianos en lengua castellana de los últimos 50 años.

Chirbes falleció en casa de sus familiares en la localidad de Tavernes de la Valldigna, ciudad donde nació en 1949 y hoy se oficiará un funeral en el tanatorio de Dènia. Aunque natural de La Safor aunque vivía en La Marina, en Beniarbeig y había recibió premios como el Nacional de la Crítica y de Narrativa, el Umbral y recibió el Importante de Levante-EMV.

Novelista y periodista, trabajó como crítico literario, articulista de viajes y profesor, era el autor de obras como En la Orilla, La buena letra (1992) y La caída de Madrid y Crematorio. De esta última se hizo una versión para la pequeña pantalla que fue protagonizada por el actor Pepe Sancho.

En 1988 quedó finalista del Premio Herralde con la novela Mimoun y desde entonces se ganó la admiración de los lectores. En 1996 escribió la novela La larga marcha, con la que comenzó su trilogía sobre la sociedad española que llega hasta la Transición y siguió en 2007 hablando sobre la España de la crisis y la burbuja inmobiliaria con Crematorio, una obra que también le reportó el Premio Nacional de la Crítica y el V Premio Dulce Chacón.

Con En la orilla, el escritor siguió poniendo el bisturí a la España marcada por la crisis y la corrupción con la narración del drama de la vida de cinco personas desempleadas y de su exjefe, con el que ganó su segundo Premio Nacional de la Crítica.

Todo ello en medio de un fresco social marcado por la emigración, las penurias, la erosión de las relaciones familiares, o la falta de dinero.

Durante la tarde de ayer fueron muchos los que se sumaron al pésame por la pérdida del escritor valenciano. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig destacó que Chirbes era «una persona integra, gran novelista, que nos deja un relato demoledor sobre la crisis». «Era un fuera de serie, un hombre dedicado a la literatura sin ostentación ni alharacas. Lo que en otros todo era fachada, en él era literatura arraigado en la sociedad, no era neutral, siempre tomaba partido por la sociedad», afirmaba ayer el secretario del Consell Valencià de Cultura (CVC), Jesús Huguet. Realizaba una literatura «personal, con una gran riqueza léxica y vomitaba literariamente lo que llevaba dentro».

El presidente de la Asociación Española de Críticos Literarios (AECL) también expresó unas palabras con motivo de su fallecimiento. Lo calificó de «necesario» en nuestra época ya que reflejó en su obra la situación de nuestra sociedad. «Era un escritor necesario en nuestro tiempo tan mísero, en años en los que hemos pasado de una burbuja capitalista feroz a una crisis brutal», destacó Basanta, para quien su obra (Valencia), «explica mucho mejor que cien libros de historia la situación de nuestra sociedad». Pero además de los tiempos actuales, Chirbes, como novelista, "tenía su mundo en la posguerra" y consideraba un maestro a Pérez Galdós.