Así, la Federación de Comunidades Judías de España celebraba la rectificación del Rototom por volver a invitar a Matisyahu, una decisión que a su parecer es «sin duda, muestra sabiduría y valentía». En un comunicado, esta organización señalaba que la movilización de la opinión pública nacional e internacional, denunciando una decisión «claramente discriminatoria por motivos políticos y religiosos» contra un cantante judío y estadounidense, «ha dado sus frutos».

Asimismo, aprovechaba para cargar las tintas contra el BDS, indicando «presiones intolerables» del «siniestro» movimiento y sus cómplices que «solo buscan la deslegitimación del Estado de Israel recurriendo a un nuevo tipo de judeofobia», y que, apuntan, deben ser estudiadas por los tribunales al amparo de la legislación vigente relativa a los delitos de incitación al odio y al antisemitismo. «Todos hemos de aprender de los errores y mantenernos alerta ante situaciones que afecten a los derechos humanos y a nuestras libertades», afirman desde la Federación de Comunidades Judías, que condenó desde el primer momento la cancelación del concierto del artista hebreo tras negarse éste a la exigencia de hacer una declaración pública «sobre el sionismo y el conflicto palestino-israelí» con el fin de mantener su actuación en el certamen.

En la misma línea, el presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, daba la bienvenida a la reconsideración del Rototom, considerando que se trataba de una decisión «muy importante. Lauder agradecía así en un comunicado a los organizadores «que se hayan dado cuenta de su error» y «hayan tomado las medidas necesarias para remediarlo». El Congreso Judío Mundial cree que los organizadores «han hecho lo honorable y se han disculpado». No obstante, Lauder apunta que lo sucedido «nos deja con un sabor de boca amargo», ya que la cancelación del concierto ha sido «otro ejemplo de cómo las actitudes anti-judías, disfrazadas de injustas críticas a Israel, siguen siendo generalizadas, y son especialmente frecuentes en una serie de partidos políticos globales de extrema izquierda», manifestaba. En este sentido, el presidente del CJM se sumaba a lo antes expresado por la Federación de Comunidades Judías, atacando directamente al movimiento BDS, señalando directamente que «está podrido en su núcleo, pues aunque pretende luchar contra el racismo, está alimentado por el antisemitismo».

Por otro lado, Rumbo a Gaza, la plataforma que organiza las conocidas Flotillas de la Libertad, lamentaba que el festival reconsiderara su postura debido al «chantaje, difamación y presiones políticas» ejercidas por Israel y, según ellos, «el poderoso lobby sionista que llega a las más altas esferas institucionales del Estado español». Desde la platadforma eefienden que la petición de cancelación del concierto «no guarda relación con la identidad étnica, religiosa o nacional del cantante».