Los alumnos de la escuela de tauromaquia de Valencia protagonizaron el festejo taurino de la feria taurina de Requena. Estos tiempos de crisis propician que en lugar de corridas de toros o novilladas picadas, se trate de aligerar el presupuesto en muchas localidades programando festejos de promoción. Lo que no constituye en modo alguno una mala receta, ya que de esta manera se abren las puertas de las plazas de toros y de paso se da oportunidad para que la cantera pueda ir renovándose.

Como sucedió ayer en Requena, donde se optó por programar una novillada de promoción. Un festejo que resultó, y que concitó en los tendidos del centenario coso requenense a un elevado número de aficionados. Un espectácullo que se celebró con un gran ambiente en los tendidos. En él se lidiaron reses de Juan Pedro Domecq, que sustituyeron a las inicialmente anunciadas de Javier Molina. Compusieron un conjunto sobrado de cuajo y que dio un juego más que notable, aunque en todo momento por la línea de la exigencia y con mucho que torear. Variados de pelaje, con romana y presencia, se movieron con celo y embistieron con casta y raza, lo que por momentos supuso una dura prueba para los jóvenes actuantes.

Encabezó el sexteto Juan Antonio Navas, quien en las próximas semanas debutará ya con los del castoreño en la feria de Algemesí. Mostró su condición de alumno aventajado en una labor compuesta y suficiente, a pesar de que hizo el paseíllo lesionado debido a un percance sufrido el día anterior.

Santiago Sevilla banderilleó con espectacularidad y anduvo tesonero y esforzado ante una excelente ejemplar. El chivano Alejandro Contreras saludó a porta gayola a su oponente y apuntó algunos momentos de su excelente corte en una labor en la que se vio desbordado por la encastada embestida del novillo. Por su parte, a Juan Gutiérrez se le vió esforzado, pinturero y entusiasta ante el eral que le tocó en suerte.

El algemesinense Daniel Martínez puso de manifiesto un más que interesante corte de torero. A pesar de su bisoñez, dio muestras de un buen concepto, verticalidad, apostura y ganas de ser. Se puede seguir contando con él.

En cuanto a Borja Collado, hizo gala de su disposición en un emotivo quite al quinto, que le volteó en dos ocasiones. Luego, en el que le cupo en suerte, hizo gala de tanta raza y frescura como buen aire y valor de fondo en un trabajo emotivo y arrestoso. Se abrió un crédito para el futuro.

Los novilleros valencianos José Arévalo y Jesús Chover lidiaron con eficacia todos los novillos y banderillearon con lucimiento toda la tarde. También lidió con solvencia Victor Manuel Blázquez.