«Mecenazgo significa generosidad». Con tres palabras comprimía el rector de la Universitat de València la dimensión de la figura de Jesús Martínez Guerricabeitia. En esa frase estaba todo: biografía y legado. Y un agradecimiento implícito. Esteban Morcillo recuperó después, en el paraninfo del edificio de La Nau —«no podría haber encontrado un espacio mejor», había dicho su hijo— las palabras del empresario y mecenas valenciano cuando recibió la medalla de la Universitat. «Hay un componente de trascendencia —dijo en 1997 Guerricabeitia—, un deseo de dejar algo bueno, tangible. También una dosis de vanidad y de voluntad por compensar frustraciones pretéritas. Y amor por el arte».

En torno a su memoria se congregaban ayer, además de familiares y amigos, representantes de las instituciones valencianas: el presidente de las Corts, Enric Morera; el conseller de Cultura, Vicent Marzà; la directora general de Cultura, Carmen Amoraga; y el director de CulturArts, José Luis Moreno; además del profesor universitario y líder de Podemos en la Comunitat, Antonio Montiel. De la Universitat estuvieron el rector Esteban Morcillo, el vicerrector de Cultura e Igualdad Antonio Ariño, y un numeroso grupo del mundo académico, como el exrector Francisco Tomás. Había representantes de la otra pata en la que se apoyó Guerricabeitia, el arte. Carmen Calvo, Artur Heras, Chema López, Doro Balaguer, Mery Sales o Javier Calvo. También estuvieron el director del IVAM, Jose Miguel G. Cortés, el exrector del MuVIM, Romà de la Calle; y el exdirector de la Biblioteca Valenciana José Luis Villacañas; además de miembros del patronato Martínez Guerricabeitia y quien fue su biógrafo, José Martín.

La volunta de «compartir»

«Demostró su compromiso social cuando puso el arte que atesoró al servicio de la sociedad», destacaba su hijo, José Pedro Martínez, acompañado de su mujer y sus dos nietos. «Compró arte siempre dentro de unas coordenadas claras de compromiso, de denuncia social», significó Martínez. «Era una persona comprometida con la democracia. Sus valores nos hacen una sociedad más digna», señalaba Morera. «Nunca dejó de sentir pasión por la cultura, y siempre la compartió», apostilló Marzà. Tras él, Morcillo abrochaba con tres palabras la herencia de Guerricabeitia. El Cant dels ocells lo despidió. Hoy la capilla ardiente estará abierta de 8 a 11 en el paraninfo de La Nau. El entierro será a las 13:oo en el panteón de la familia en el Cementerio General.