El circo contemporáneo copó buena parte de los programas estelares presentados en la XXVI Mostra Internacional de Mim a Sueca que finalizó ayer domingo. Me refiero sobre todo a S, el espectáculo que representó el grupo Circa en el Pabellón Cubierto de la capital de la Ribera Baja. S en este caso quería decir curvas y contorsiones, y, sobre todo, radioactividad corporal. Porque esa era la energía que trasmitieron los intérpretes de este trabajo tan físico como emocional. Radicaciones, en fin, que se esparcían a través de unas impecables coreografías y acrobacias insólitas que bullían en el depósito cerebral. El único problema fue que la compañía australiana nos ofreció más ingredientes de los necesarios, porque, creo, no hicieron falta los momentos de las telas y algunos otros. En general los creadores de circo no terminan de ver la necesidad de redondear los espectáculos a nivel teatral.
Además, siempre he creído que es mejor que los espectadores se queden con hambre que saciados. Y aquí vivimos una indigestión de virtuosismo. Una indigestión, eso sí, muy gozosa.
Y siguiendo con este género, fue plenamente vistoso Funambus, de los franceses Underclouds. Efectos reales (un espectacular y teatral autobús) con efectos videográficos, unidos a una gran verdad: notables funambulistas. Pero para notable (o más) Nuova Barberia Cardoni, del grupo italiano Teatro Necessario. Un gran trio actoral que se nutría de una resuelta técnica y gestualidad colwnesca. Esto es, la que necesita de gracia personal; la cual no faltó en este trabajo cuyo hilo conductor fue la inauguración de una tradicional barbería. Hilo bien cosido por estos intérpretes, algo magos, algo músicos, algo malabaristas, algo acróbatas y buenos comunicadores. Un perfecto sentido escénico, con imparables sorpresas a través de juegos tradicionales y otros insólitos. Es decir, hacer que todo parezca natural, cualquier gesto, cualquier acción, cualquier corte de pelo?
