­«La mayoría de las personas son otras». La frase es de Oscar Wilde y podría encabezar la exposición de Gillian Wearing que el IVAM presentó ayer a la prensa (la inaugura hoy). La creadora británica (Birmingham, 1963), una de las más importantes del panorama europeo contemporáneo, sí hace suya otra cita del genial dramaturgo para explicar buena parte de su trabajo: «Dales una máscara y te dirán la verdad».

De eso habla la muestra: de soledad, conflictos diarios, relaciones sociales, violencia soterrada (en la casa, en el colegio?). De identidades difusas y dispersas. De los distintos yoes que pueden habitar en uno mismo. De que lo que se ve nunca es toda la verdad. De la fragilidad del ser humano, en definitiva.

«La identidad conflictiva es el tema del arte de nuestro tiempo, sí „responde Wearing„, y ya desde el siglo pasado, con el psicoanálisis. Es un tema que no tiene fin, nunca se acaba, siempre estamos preguntándonos».

Tímida y huidiza, la británica rehúye hablar en público. Acepta el cara a cara o la charla en pequeños grupos, que van creciendo sin que proteste, al tiempo que se relaja y sonríe. Quizá una máscara más, una estrategia de defensa que atribuye a razones genéticas.

Igual que un rostro esconde varios yoes; igual que vivir, crear, es fingir „eso enseñó Pessoa„, igual las lecturas de la exposición pueden ser diversas.

Puede bastar la invitación a la reflexión y a la observación de la calidad técnica en la obra de Wearing. Ya es bastante. Pero puede leerse también (y además) el regreso del IVAM a la contemporaneidad europea mejor entendida.

Después de subrayar el momento de tránsito, reivindicar la colección propia, las vanguardias históricas y el pionero arte valenciano bajo el franquismo, la muestra de la autora británica (Premio Turner en 1997) supone la primera inmersión a gran escala de la nueva época del IVAM en el arte actual del viejo continente. La prueba es que ocupa la sala escaparate del museo, la de la fachada.

En la lista inicial de Cortés

Gillian Wearing estaba en la lista de proyectos de trabajo con la que José Miguel G. Cortés se presentó (y fue escogido) como director del IVAM en 2014. Es una de las creadoras que más le interesa, subrayó ayer. La conocía ya del pasado y la visitó en Londres. La invitación prosperó y Wearing ha viajado a Valencia en varias ocasiones a lo largo del año para implicarse en la muestra, su primera individual en España en quince años.

Ha creado material ex profeso para el proyecto, como los rostros que acompañan a la pieza Rock ´n´ Roll 70, nunca expuesta hasta ahora y que sintetiza muchas de sus inquietudes. Wearing se autorretrata con 50 años y al lado se imagina con 70. Deja una parte del tríptico en blanco para poner cómo será realmente. Alrededor, en la pared, la artista ha dispuesto decenas de recreaciones científicas de cómo podría ser dentro de veinte años.

La pieza dialoga con el Álbum familiar, la serie de ocho autorretratos de la autora como distintos miembros de su familia, incluida ella misma.

La máscara, elemento clave en este conjunto, también lo es en los confesionarios en los que ciudadanos británicos y estadounidenses destapan secretos (incluidos abusos sexuales) ante la cámara de vídeo de la artista.

El alcohol y la dramatización funcionan igual que la máscara en las grandes videoinstalaciones (Drunk, Bully) que cierran el recorrido. Estrategias de desvelamiento en un discurso que huye de lo directo y reclama distancia y reflexión.