Triunfal resultó el primero de los dos festejos organizados por la empresa de la plaza de Valencia en El Puig por el 9 d´Octubre. Los novillos dieron buen juego. Lustroso, noble y con gran fondo aunque muy blando el primero. Más terciado el segundo, que manseó más de la cuenta. El engallado tercero resultó áspero, bronco y cortó muchos viajes. El cuajado cuarto tuvo nobleza pero escaso recorrido y el vareado quinto, gran transmisión. Extraordinario resultó el cierraplaza, con tanta bravura como clase y tranco, fijeza y un galope de ensueño.

Fernando Beltrán puso de manifiesto compostura y academicismo. Entonado y cumplidor anduvo ante su primero, ante el que firmó una labor de esmerada caligrafía si bien de escasa intensidad. Y porfió con el cuarto, en un trasteo que no terminó de coger vuelo.

Cristian Climent, quien estrenaba apoderamiento de Vicente Ruiz El Soro, saludó con una larga a su primero, al que banderilleó con espectacularidad y muleteó tan voluntarioso como enfibrado y sobrado de recursos. Y se fue a la puerta de chiqueros a recibir al quinto. De nuevo lució con los palos y mostró plausible actitud y entrega novilleril, en una faena en que corrió la mano con templanza y son.

El castellonense Varea sufrió una fuerte voltereta al lancear al tercero. No se arredró y su trasteo acabó in crescendo en la parte final. Y cuajó al excelente sexto, frente al que se emborrachó toreando de forma tan rutilante como expresiva y sentida. Un faenón.