En el mundo del cine decían que Ovidi Montllor era cantante. En el de la música, que era actor. Su legado en ambas disciplinas demostró que todos estaban equivocados. Sin duda fue músico y actor. Y precisamente sobre su relación con el séptimo arte, ayer por la mañana en el MuVIM, críticos de cine, profesionales que trabajaron con él y personas interesadas en su figura y en la cultura valenciana, se reunieron convocados por Mostra Viva para tomarse un café y comentar anécdotas que vivieron con el alcoyano más comprometido cuando se cumplen veinte años de su muerte.

Al café se sumó la hija mayor de Ovidi, Helena Montllor, que recibió como regalo la figura Ponts del Mediterrani de la Mostra Viva, en la que fue la última jornada después de cinco días de actividades culturales. Helena Montllor se mostraba ayer agradecida por los múltiples homenajes que durante este veinte aniversario están aconteciendo en su memoria tanto en Valencia como en Barcelona. Sin embargo, lamenta que no sucediera en vida. «La lástima es que todo el reconocimiento hacia mi padre haya llegado una vez muerto. Aunque más vale tarde que nunca...», expresó.

Fueron varios los encargados de llenar la mesa de recuerdos con Ovidi. Todos coincidieron en que su talento como actor no se supo aprovechar, ya que, excepto en Furtivos, solía tener papeles secundarios, de reparto. «A pesar de que a Ovidi le dieran papeles cortos y casi siempre con el mismo personaje tímido y serio, sus momentos en el cine permanecen la memoria», asegura Jorge Castillejo, crítico de cine que además ha investigado la trayectoria en las más de 50 películas en las que participó el alcoyano.

«Siento su presencia, tengo la sensación de que se fue hace poco tiempo porque sigue vivo en sus fotos, en su música, en sus películas», expresaba Rosana Pastor, actriz y compañera. Ella contó que recuerda las noches en las que, después de los rodajes „en especial el de la película Monte Bajo rodada en los Montes de Toledo„ se quedaban hablando hasta altas horas porque residía «cierto paralelismo» entre ellos por ser valencianos y por llevar una vida parecida.

Fue Vicent Garcés, concejal de Cultura en Valencia en la década de los 80, el primero en nombrar el veto político que Ovidi sufrió. «Intentaron borrar la memoria histórica, la evidencia de que existe una lengua propia y lo hacían vetando la expresión cultural», aseveró. Vicent Tamarit, presidente de la Mostra Viva y director de La pel· lícula que mai es va fer, un documental sobre la vida de Ovidi que inauguró esta edición de la Mostra, denunciaba ayer las «dos décadas de nuestra vida perdidas culturalmente». «La meta de este año era reivindicar la dignidad y el honor de poder actuar en el Palau», determinó. Y lo hacía recordando lo que pasó hace diez años, cuando se intentó homenajear a Ovidi Montllor y, después de que el gobierno negara su recuerdo, varios músicos se encerraron y tocaron allí sus canciones. Curioso que ese homenaje sí sucediera en Barcelona.

La Mostra cerró ayer su particular «fiesta de la cultura», como describe su presidente, con un acto en la Nau, al que asistieron el alcalde de Valencia, Joan Ribó, y el lider de Podemos, Antonio Montiel.