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Directora del Centre d'Art Bombas Gens

Nuria Enguita: "El Centre d'Art Bombas Gens suma en la vertebración de la vida cultural y civil de Valencia"

«La ciudad está más preparada que otras por esa efervescencia que ha generado en momentos de crisis» - «En este país no estamos acostumbrados a la ética empresarial de filantropía social»

Nuria Enguita, en el interior del edificio de Bombas Gens, el jueves. fernando bustamante

Nuria Enguita sería la directora del IVAM si ahora se aplicará el código de buenas conductas. La especialista en arte con mejor currículum en Valencia asume el proyecto del Centre d'Art de Bombas Gens, de la Fundació per Amor a l'Art, un espacio que está llamado a ser un referente y al que ya dedica todos sus esfuerzos. Igual que cuando vino a Valencia en 1991 para ayudar a poner en marcha el IVAM.

¿Por amor al arte?

El proyecto recoge toda mi experiencia e invade todo mi futuro inmediato.

¿Una vuelta en exclusiva?

Es fundamental elaborar un discurso claro que ponga de nuevo las artes contemporáneas en el centro de una discusión seria en la vida pública.

¿Valencia es fácil para el arte contemporáneo?

Las ciudades no son fáciles, ni difíciles, es más lo que hacemos con ellas. Valencia ha vivido un largo periodo complicado para las artes.

Sin embargo surgen iniciativas, como Intramurs.

Se está notando positivamente la falta de una institucionalidad pública como debería entenderse. En los últimos 20 años se ha generado un renacimiento de la sociedad civil como no ha habido en ningún otro lugar del país.

¿Afecta el cambio de gobierno?

La institución puede contribuir a tener una presencia pública. Valencia está mucho más preparada que otras ciudades porque toda esa efervescencia ha surgido en un momento de crisis. Es muy interesante como esa sociedad civil ha vertebrado la vida cultural en los últimos años. Una vertebración que puede ser doble.

¿El papel del Centre d'Art Bombas Gens en ese ámbito?

Podemos estar en ambos lados. En la institucionalización, con un centro de arte y fotografía contemporánea con una vocación pública, pero a la vez estar en la calle. Venimos a sumar y colaborar con los grupos que están.

Las entidades privadas tienden a ser más atrevidas que la públicas.

Veremos, por eso es muy interesante empezar este proyecto ahora. La presencia privada tiene otra libertad de acción y trabaja con un discurso más personal. La cultura debe ser atrevida y la cultura pública debe tender a generar un pensamiento crítico.

¿Dónde juega Vicent Todolí?

Es patrono de la Fundació per Amor a l'Art y el director del área de arte. Soy la directora de Centre d'Art Bombas Gens y él asesora la colección desde hace años. Trabajamos juntos para definir la linea de actuación del centro.

¿Hay colección permanente?

Una permanente y otra de exposiciones temporales, que surgen de la colección.

¿Las exposiciones se centrarían en un artista?

La fundación tiene una colección extensa de un mismo artista y podemos hacer exposiciones individuales donde se vea la evolución de un artista. Las colecciones se forman a partir de propuestas que son nominales, pero también pensamos en exposiciones colectivas.

¿Con dedicación especial a la fotografía?

Una parte muy importante, como Cunningham, como ejemplo de fotografía histórica. En el caso de Bleda y Rosa, la fundación posee un convenio de mecenazgo para producir su última obra, «Las batallas de Ultramar».

¿Algún museo de modelo?

Cada centro tiene que responder a su especificad local atendiendo a lo global.

¿Con tendencia muy urbana?

Buscamos colaboración con algún centro de arquitectura industrial que se ha recuperado para arte, como en ciudades portuarias, San Francisco o Rotterdam.

Supongo que también habrá divulgación.

Ahora estamos en la parte expositiva para apuntar algo nuevo. Luego hay otra muy importante, donde me costaría encontrar ejemplos de un centro de arte con un paraguas de una filantropía social tan fuerte.

¿Con debates, coloquios, ediciones?

La idea es trabajar un programa público a partir de la colección, con otro más relacionado con el barrio y la ciudad, así como un programa pedagógico que cree sinergias con institutos y colegios de la zona.

¿Hay espacio para todo?

Sí, intentaremos un espacio para la contemplación y para la conversación en condiciones.

La vinculación de Nuria Enguita y Todolí a un nuevo museo ha levantado expectativas en el mundo del arte.

La gente está muy sorprendida, porque Valencia no era modelo para casi nada en los últimos años. Sorprende que esté ligado a una ética empresarial.

Eso es muy estadounidense.

Sorprende por muchas cosas, pero sobre todo porque es impensable en el resto del Estado Español. Desde Barcelona, Madrid y París, estamos recibiendo muchos elogios.

¿Están adquiriendo obra?

La maquina está en pleno funcionamiento.

¿Con que exposición abrirán?

No lo puede decir.

¿Se mantiene la fecha de primavera 2017?

Sobre esa fecha trabajamos.

¿El centro de arte funciona en paralelo a la rehabilitación del edifico?

Un centro de arte necesita dos años desde su inicio para consolidarse, por eso ahora es el momento de máxima intensidad.

¿Que le preocupa más?

La coherencia. Desarrollar un proyecto coherente en la parte discursiva y visual.

Un discurso que será suyo.

Los discursos se elaboran entre muchos en la fundación. Estamos en un momento muy intenso para trabajar con personas que sientan este proyecto como una colaboración que va más allá.

Sobre la coherencia, es conocida su defensa del arte público y ahora gestiona uno privado.

Los conceptos de público y privado no son verdades inmutables. He trabajado en la Fundació Tàpies, privada subvencionada con vocación pública. Estoy tranquila porque hay una vocación de facilitar el acceso a un gran público. Todolí, lo tiene dicho, solo asesora colecciones que van a ser públicas.

¿Cómo percibe este proyecto el mundo artístico?

Las artes plásticas y visuales han desaparecido de la vida cultural de esta ciudad y esa generación treintañera que debería estar formada en música, teatro, danza, no lo está en arte.

¿Pese a la Facultad de Bellas Artes?

Sí, porque muchos se han tenido que ir. La gente no sabe bien que es un centro de arte.

Es inusual invertir en arte por amor al arte.

En este país no estamos acostumbrados a esa ética, la gente quiere tener mucho, no dar lo que tiene.

¿Desconfianza en los mecenas?

La cultura en Brasil, o en Perú, es privada porque el estado no funciona. Allí los mecenas ponen al servicio de lo público sus colecciones y un sistema de financiación para los museos. El Museo de Arte Contemporáneo de Lima es una institución que nace con una serie de personas privadas, pero con un funcionamiento público. La Bienal de Sao Paulo nació igual en los años cuarenta. ¿Estamos en 2015 y todavía se extrañan?

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