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Necrológica: José Esteve Edo

Un «Cristo» por cincuenta duros

­La prensa de este fin de semana nos dio la triste noticia de que el gran José Esteve Edo, el escultor valenciano, se había marchado de este mundo cuando le faltaban quince meses para cumplir los cien años

La brillante trayectoria del escultor, catedrático, decano de la Facultad de Bellas Artes quedó perfectamente reflejada en las informaciones aparecida este martes. Pero vamos a traer al recuerdo una emocionante historia de su juventud que nos relató hace años.

Nacido en Valencia en 1917, su madre provenía de la villa castellonense de Jérica. Y al comienzo de la década de los cuarenta del pasado siglo, cuando el artista aún estaba estudiando en la Escuela de San Carlos, una paisana y amiga de su progenitora le pidió por favor que hiciera un Cristo de buen tamaño para regalarlo a la parroquia de su pueblo, donde ahora se conserva en un altar lateral.

Esteve aceptó gustoso el encargo, por lo que la amiga de la familia le ofreció „¡entonces!„ cincuenta duros, es decir, doscientas cincuenta pesetas (al cambio en moneda de hoy serían un euro y medio). Pero esta señora, que vivía en Valencia después de la guerra, como se dedicaba a labores de limpieza, le dijo que le iría pagando semanalmente y poco a poco hasta completar el precio que había quedado fijado.

Así fue. Nos contaba el amigo Esteve Edo que había semanas en que recibía un duro „cinco pesetas„ o diez reales, hasta que se completaron los cincuenta duros. Y así quedó terminado el crucifijo que se entronizó en la parroquia de Santa Agueda, donde es venerado por los jericanos.

En el Más Allá, esta semana el escultor se habrá reencontrado con su madre, con la promotora del encargo y con el propio Cristo, con cuya escultura conservaba una foto de juventud.

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