El Cabanyal tiene teatro. En realidad nunca dejó de tenerlo, pero la marcha de la anterior gestora dejó hueco el edificio. El cambio de gobierno precipitó la actividad en torno a El Musical como si rodara escaleras abajo: paralización del anterior concurso, nuevo equipo (provisional) y programación para una etapa de transición. Ayer, la concejala de Acció Cultural, María Oliver, inauguraba la nueva era de El musical conjugando la política de símbolos, datos e intenciones.

La puesta en escena. «Es un día grande para la ciudad y para el barrio». La escenografía cuenta, así que Oliver se flanqueó de cuatro figuras del Cabanyal-Canyamelar para conciliar lo nuevo con lo que quieren rescatar de lo existente. Lo nuevo era ella, como cabeza visible del equipo municipal que ha asumido la gestión de un teatro estratégicamente clave para el consistorio, desligándose únicamente de la parte técnica de la sala. Junto a Oliver se alineaban Emilio Martínez, Pepa Dasí, Juan Faus y Paco Ortega; representantes respectivamente de Salvem el Cabanyal, la Associació de Veïnes i Veïns Cabanyal-Canyamelar, la Associació de Venedors del Mercat del Cabanyal y la Associació de Comerciants, Industrials i Professionals del Marítim (ACIPMAR). En definitiva, la resistencia barrial junto al nuevo ayuntamiento «que claro que quiere al Cabanyal», enfatizaba la concejala.

Las cifras. 150.000 euros invertidos para la puesta a punto del edificio, apuntó Oliver. El montante incluye las reformas de un edificio «que tenía goteras y en el que los baños no cerraban bien; estaba hecho un desastre», más la reactivación técnica de la sala, encargada a la empresa Audionet, y la contratación de personal mediante la empresa Lana, asunto en el que Oliver subrayó que «se han tenido en cuenta cláusulas sociales»: personas que llevaban un periodo largo en el paro o en riesgo de exclusión. En total, seis contratos para una taquillera, tres acomodadores, un conserje y una jefa de sala. Fuera del teatro, un equipo de seis funcionarios de la concejalía, desgranaba Oliver, han confeccionado la programación, encabezados por una jefa de servicio, Eva Caro, desde el pasado 15 de septiembre .

Las intenciones. Este último nombre es el que abre la puerta al futuro. La propia Oliver se encargó de asegurar que Eva Caro „funcionaria que ya ha gestionado la Sala Parpalló, por ejemplo„ es quien asume la responsabilidad de la programación hasta que llegue el concurso público. En este sentido, la concejala apuntó que la participación de nombres como Rafa Jordán, de Pro21, en la programación ha sido «voluntaria» y no remunerada, parte de un proceso «en el que se pidió asesoramiento a varias figuras del teatro».

Ahora, El Musical prevé que Caro y su equipo gestionen la sala hasta la próxima primavera, cuando se prevé que esté listo el concurso público que persiguen desde Acció Cultural, adhiriéndose al Código de Buenas Prácticas. En la concejalía, «que no pretende programar», no se habla de un director artístico, sino de un coordinador surgido de un comité elegido por convocatoria pública. La diferencia estriba en que el ayuntamiento quiere que esa figura tutele la programación de las tres salas municipales (Rambleta, Las Naves y El Musical) para evitar que se contraprogramen, además de que esté al tanto de la conexión de la sala con el barrio, en tanto que centro cultural. Esa es todavía una figura en fase de estudio en el ayuntamiento.

«Precios asequibles, programación de calidad en fines de semana y apertura a propuestas del barrio; y apoyo a las compañías valencianas y en valenciano...». La letanía de propósitos de Oliver esbozaba la línea a seguir del nuevo El Musical. En el recinto queda rehabilitar la cafetería, pero el patio de butacas se abrirá hoy con la presencia del propio Joan Ribó, tras una cabalgata festiva desde el Mercado del Grao hasta la plaza del Rosari. La gala posterior, de sello valenciano, será el último gesto antes de que mañana se inicie la programación con el documental No estem sols del Gran Wyoming. Para dar carpetazo a la anterior etapa, decía Oliver, solo queda resolver la liquidación con la anterior gestora, Crystal Forest.