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Debate

Atracción fatal por Alicia

La Universitat de València debate sobre la leyenda negra que relaciona a Lewis Carroll con la pedofilia

Atracción fatal por Alicia

Ciento cincuenta años después, la historia de Alicia en el país de las maravillas continúa incompleta. Son muchas las interpretaciones que giran en torno al simbolismo del mundo onírico creado por Lewis Carroll (1832-1898) de una obra que fascinó a artistas como Dalí, Freud o los Hermanos Marx, y cuyas palabras han inspirado películas, ballets, óperas, teatros e incluso pornografía.

Ayer la Universitat de València conmemoró el aniversario de Alice con una jornada organizada por el departamento de Filología Inglesa y Alemana en la que expertos en literatura y en el propio Carroll abordaron sus libros desde muy diferentes perspectivas: los antecedentes literarios y las fuentes de inspiración, los elementos del «sin sentido» de la narración, las metáforas y la filosofía implícita o la literatura utópica del siglo XIX. Pero quizás uno de las temas más controvertidos y desconocidos que ayer se trató fue el que relaciona al escritor Lewis Carroll con la pedofilia. Se habló de una cortina de silencio sustentada por su fama como uno de los grandes escritores de la época victoriana, que fotografiaba a «niñas como musas», a veces desnudas, que no superaban los 10 o 12 años.

Carroll dejó constancia de ello. Tras su muerte, sus familiares encontraron una caja y un sobre con cinco fotografías que contenía la siguiente frase: «Quemar antes de abrir». «Lewis Carroll era pedófilo. Veía erotismo en las niñas a las que fotografiaba desnudas según su clase social», subraya Irene Ballester, profesora de Historia del Arte de la Universitat de València y del Espai d'Art Fotogràfic. Con el título de su ponencia Lo que ocultan las fotografías de Lewis Carroll, Ballester explicó la doble moral de un autor con problemas psicológicos «que sobrepasó los límites».

Ballester ha estudiado las fotografías que perduran tomadas por Carroll, aunque la mayoría se quemaron tal como él dejó escrito antes de morir. «Se calcula que son treinta fotografías de escenas eróticas con niñas que conocemos porque dejó constancia en su diario», apunta la profesora. Interpretaciones y rumores que alimentan la leyenda que ennegrece la vida del autor ya manchada por la extraña relación que se sabe que vivió con la propia Alice Liddell, niña de 10 años que inspiró a Carroll para escribir Alicia en el país de las maravillas.

La bisnieta de Alice Liddell publicó en julio de este año una novela que trata el interés del autor con su bisabuela y reconoce que en la familia sabían que Carroll aspiraba a casarse con ella e incluso le pidió la mano cuando Alice tenía 11 años y él 31. «En las fotografías que perduran se ve cómo las niñas posaban como mujeres adultas, pero en cuanto crecían dejaban de interesarle como modelos», apunta Ballester.

Precisamente con la intención de entretener y divertir a las niñas Carroll escribió este cuento infantil repleto de dibujos, que ocultan signos ambiguos con múltiples explicaciones de lo que su imaginación creó y que a día de hoy continúan buscando una respuesta definitiva al significado que otorga a la relatividad del paso del tiempo, al sombrerero loco o a la perturbadora sonrisa del gato de Chesire.

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