A los macrofestivales de verano y acampada les ha salido en Valencia un primo que pasea por las aceras y se cobija en pequeñas salas, cuyo objetivo no es alimentarse de la ciudad sino «hacer ciudad» o, fuera del eslogan, «crear nuevos públicos para la música en directo». Esa es una de las premisas con las que nació el MUV! de Russafa, recuerda el codirector Sergi Almiñana una vez acabado el certamen.

Fugaz, el MUV! distribuyó casi sesenta conciertos y nueve exposiciones por todo el barrio durante tres días, con el objetivo de trascender al hedonismo y provocar una reflexión: la necesidad de impulsar la música en directo en una ciudad que desde hace unos años vive una efervescencia de grupos surgidos desde el subsuelo o la periferia de las ayudas públicas. De esa misma carencia „el vacío institucional„ presume este festival, que eleva sus cifras a «300 músicos y unos 200 colaboradores, entre profesionales y voluntarios». En los datos que la organización considera un «éxito», 5.000 asistentes en los tres días, se advierte la filosofía del certamen: no se exigen grandes números, sino crear un circuito cercano a los vecinos y «mostrar que existe una escena propia muy potente», en palabras del propio Almiñana. Si bien el MUV! anuncia que «la gran mayoría de conciertos en las salas han registrado el lleno absoluto de sus aforos», desde la propia organización ya se indica que pesa más el hecho de que «en los conciertos había público de todas las edades; gente que no es habitual en las salas» y que se pusieron frente a nombres como Senior, Òscar Briz, Manolo Tarancón, Efrén López, Miquel Gil y así hasta 57 actuaciones.

«No se trata de programar por programar», insiste Almiñana y, en ese sentido, durante los días previos al festival los organizadores recalcaban que una de las citas claves sería la mesa de debate celebrada el sábado, en el que se desplegó toda la carga semántica que pretendía el festival con su La ciudad que hace música hace ciudad: representantes del mundo profesional de la música, del mundo académico y de las instituciones (aunque cayó del cartel la concejala Maria Oliver), para poner sobre la mesa un nuevo modelo para la producción musical que se presume en el Plan Estratégico para la Cultura.

Promover condiciones razonables y espacios adecuados para los conciertos, así como revisar la normativa «desfasada» para las salas. En la búsqueda de un nuevo marco para la música y un impulso a la escena local reside el objetivo del recién nacido MUV!