Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Grupo musical

"Estuvimos a punto de perder la esencia del grupo; ahora solo queremos divertirnos"

Los Inhumanos celebra 35 años en la Sala Jerusalem junto a buena parte de los miembros originales

"Estuvimos a punto de perder la esencia del grupo; ahora solo queremos divertirnos"

Ensayan antes de cada gira para darle un poco de aire al repertorio, «pero a estas alturas los ensayos son los conciertos», dice Sergio Aguado, líder de Los Inhumanos desde la abdicación de su hermano Alfonso. Presume de que no les hace falta entrenar, como a unos Globetrotters de gira, y se justifica con las cifras: pleno de giras en los 35 años de existencia del grupo, «ni uno de descanso»; y una veintena de discos. «La banda funciona como un equipo de fútbol: somos unos treinta en total y nos subimos 15 cada vez al escenario; se va rotando», explica el propio Aguado.

Hoy Los Inhumanos celebran 35 años encima de un escenario pero las velas tienen cierta trampa en un grupo que, salvo el nombre, ha permanecido en una metamorfosis permanente: «Han pasado unos cincuenta músicos y, si contamos a los Saltimbanquis „los coristas„ contamos unos cuatrocientos. Unos han durado un concierto, otros han estado años».

Hay otra cosa que Aguado defiende que ha aguantado el paso de los años: la esencia del grupo. Esa vocación verbenera, «gamberra» dicen ellos, sin un ápice de trascendencia. «El grupo nace de la pandilla de colegas del Saler. Son los ochenta y están a punto de entrar en la universidad. Se montó por pura diversión y luego llega la época dorada: vendes discos y las chicas te buscan después de los conciertos. En ese momento llega el declive», relata Aguado.

Los noventa acabarían sepultando el auge que la banda alcanzó con el LP 30 hombres solos, el de Me duele la cara de ser tan guapo o Qué difícil es hacer el amor en un Simca 1000, etapa que compone la mayor parte del concierto de esta noche en la Sala Jerusalem, en el que harán subir al escenario a buena parte de los músicos que han transitado por la banda. «Ha habido gente que ha utilizado Los inhumanos como catapulta. Y luego ha habido otros que estuvieron aquí durante los primeros años y a los que ahora les apetece volver, porque ven que solo queremos divertirnos. Hemos conseguido mantener esa esencia que estuvo a punto de perderse», presume el hombre que recogió el testigo de una banda que llegó a anunciar su disolución con Apaga y vámonos. Pero no: «Al año siguiente publicamos El retorno del Jeti y la gente nos decía que lo de la separación había sido por vender más».

Los actuales Inhumanos viven entre celebración y celebración. «Sacamos disco más como una conmemoración que por algo comercial „el último 35 años de fiesta, con la túnica puesta„ . Tal y como está la música hay que celebrar que sigues ahí cada cinco años», resume Aguado. Y así es: el aniversario puede que les suene a repetido porque en 2010 celebraron los treinta y antes habían hecho lo propio con los veinticinco. Y Aguado anuncia que piensan seguir así, aunque solo sea por una función social: «Somos parte de la nostalgia de mucha gente y al mismo tiempo damos la mano a las nuevas generaciones: que vean que lo que queda de los ochenta no solo son bandas tributo. Nosotros somos los originales».

Compartir el artículo

stats