¿Quiere decir en el título que la Transición nunca acabó?
En realidad todos estamos en cambio permanente: los seres humanos, las ciudades, los países. Y este, claro, está en una transición permanente.
Pero las transiciones acaban.
A veces tienen cambios imperceptibles. Aquí estamos en la siguiente Transición.
¿Hacia dónde?
No soy profeta, pero los que conocen la Historia saben que estamos viviendo una situación muy similar a la que se vivió en 1934 en Cataluña. No sabemos si terminará igual; aquella terminó con la detención de los protagonistas.
Empieza introduciendo a Horacio: «No nos está permitido saberlo todo»¿De aquel periodo se sabe más de lo que se desconoce?
Se saben muchas cosas pero no todo. Los servicios secretos no cuentan todo y el reparto de poder e información hace que nunca se tengan todos los datos.
¿Y los protagonistas de la época ocultan más de lo que cuentan?
Las personas somos más indiscretas de lo que pensamos... Y más indiscretas cuanto más se alaba nuestra vanidad.
¿Ha escrito esto para dejar su huella de lo que pasó? ¿Está revisándose?
Quizás lo haya escrito pensando en mis hijos. Mi hija tenía tres años cuando Fraga y Raimundo se estrecharon la mano en el Congreso. Ella ha vivido en democracia y no sabe lo que pasó. A esa generación quiero contarles que no fue fácil, que había dos muertos cada semana, hubo cuatro intentos de golpe de Estado y sucedieron muchas cosas que no se saben.
Oiga, ¿cree que se hizo bien?
Se intentó hacer lo mejor posible y salió bien. Y hubo suerte, generosidad y sentido de Estado por parte de Suárez, Calvo-Sotelo, González y Aznar.
¿Y es hora de abrir el debate sobre aquel periodo?
Lo que pasa es que tenemos que conocer la Historia. Me contaba Carmen Llorca que los diputados europeos apenas conocen la historia de Europa; no saben casi nada de la Primera Guerra Mundial. Cuando ahondas en la Historia te das cuenta de que, 24 horas antes de que estalle una guerra nadie piensa que va a suceder. Y luego ocurre que cuando las cosas no cuestan esfuerzo no se valoran. La democracia no está valorada, se cree que es como respirar. Pero si tienes asma sabes lo que cuesta respirar...
Pero hay una un clima de revisión.
Más que de revisión, de desprecio. Lo que se hizo en la Transición no fue un pacto de silencio, fue un pacto de perdón. No quiero decir que eso signifique olvidarnos de los muertos, pero hacer una revisión de tipo revanchista como la que intentó Zapatero es una estupidez estatal.
