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Entrevista

«La música puede ayudar más que ningún arte ante la barbarie»

El pianista francés Jean-Yves Thibaudet, afín a la moda e intérprete de varias bandas sonoras, regresa hoy al Palau

«La música puede ayudar más que ningún arte ante la barbarie»

El francés Jean-Yves Thibaudet es uno de los pianistas más solicitados en los auditorios del mundo y uno de los más mediáticos. Ha roto moldes con sus trajes de Versace (antes) y Vivienne Westwood (ahora), y el sonido de su piano se puede percibir en bandas sonoras de películas premiadas, como Expiación y Orgullo y prejuicio. Es junto a Lang Lang y Grigori Sokolov uno de los solistas de piano preferidos del público del Palau de la Música, que ha visitado nueve veces desde 1999. Hoy regresa con un programa romántico alemán e impresionista francés, con obras de Schumann y Ravel, que es una forma también de unir sus orígenes (madre alemana y padre galo).

El concierto se produce días después de los atentados de París, un suceso «terrible». «Justo ese día, me puse en contacto con muchos colegas y todos pensamos el bien que puede hacer la música frente a la barbarie. Nos puede ayudar más que ningún arte», afirma a Levante-EMV, porque «no entiende de política, de lengua o de religión».

Thibaudet es uno de los grandes defensores de la apertura de la música clásica. Por eso, también, su colaboración con el cine: «Permite abrir la música clásica a un tipo de público que no iría a ver un concierto. En Asia y América, esa gente viene a ver mis conciertos y me dice que nunca había ido a uno, pero que me había oído en la película». Así es la vida en el siglo XXI: Thibaudet tiene millones de seguidores en las redes sociales por los filmes, pero «en conciertos de clásica son muchos menos». Por eso utiliza el cine con el fin de atraer nuevos públicos.

No es un fenómeno actual, advierte. «Ya en los años 20 y 30 ocurría con Shostakovich, Prokófiev y Korngold».

Una reflexión similar realiza de su relación con la moda: «Es un poco como democratizar la música clásica». En las mujeres sí que ha habido evolución, erazona, pero en los hombres «desde el siglo XIX no había cambiado». Él empezó, fue muy criticado, admite, y «ahora mucha gente joven ya no lleva frac». «Los jóvenes huyen de ese formato anquilosado y antiguo», dice.

El Thibaudet de 2015 ha cambiado con respecto al que era en 1999. «Más que en la técnica, en la forma de ver la vida», afirma.

Ahora es profesor residente en la Colburn School de Los Ángeles y se ve como su maestro, Aldo Ciccolini, que tenía la misma edad cuando le enseñaba a él.

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