Algunos académicos apuntaban ayer que el procedimiento debía haberse cambiado antes de la mañana de autos. «¿No somos mayores para decidir y votar qué académicos deben irse?», se preguntaba un profesor.

No ha habido tiempo para la modificación de la ley de la AVL, alegaba el presidente, Ramon Ferrer, que se mostraba partidario, como el primero, del cambio. «Esto no puede ser», decía serio y compungido sobre el sorteo mientras pasaba cerca un empleado con el saco y las bolas. En su opinión, lo efectivo sería establecer una edad (75 años) en la que los académicos «dejen paso». Es la opción que se ve como más factible.

No obstante, la renovación es vista como positiva. El régimen vitalicio que funciona en entidades centenarias como la Real Academia Española se considera anacrónico.

Solo dos fuera, de siete

La ley dice que ahora había que renovar a siete académicos. Si solo se sacaron ayer dos bolas del saco fue porque existían dos vacantes de antemano. La exsecretaria Soledat González había dimitido la semana pasada y ayer, antes del pleno, hicieron lo mismo Juan Alfonso Gil Albors „por motivos de edad„ y Miquel Navarro „exceso de cargos„, como ya adelantó este diario.