La cantante Zahara visita Valencia hoy para presentar su disco Santa en el Jerusalem Club. Se trata de su tercer disco y es el más enérgico: «Habla de las relaciones humanas y sentimientos como el amor y el desamor, la ira y la soberbia€ Supone una evolución con respecto a los anteriores porque incluye más sonidos, introduce los sintetizadores buscando evocar la música de los 80».

En este trabajo se utilizan las imágenes religiosas como metáforas, pero el contenido está muy alejado de lo espiritual. «Me parece muy potente porque son unas metáforas conocidas por todos. Como casi toda mi generación, me he educado en la tradición judeocristiana. Antes en todos los colegios había un crucifijo, fuera público o privado. Somos esponjas y aprendemos cosas que se nos quedan en la mente y luego aparecen de forma natural», explica.

El único tema que tiene un trasfondo más crítico con la religión es Inmaculada Decepción, con el que analiza la forma en que la Iglesia juzga las relaciones sexuales de las mujeres. «La canción habla de la libertad de las mujeres. No tengo reparos en abrirme y expresar mis opiniones, siempre lucho por las libertades. Hay que defender la libertad de elección, tal vez por eso el público homosexual ha conectado tanto conmigo», reconoce.

Su imagen ha ido siempre ligada a la dulzura pero Zahara quiere deshacerse de esta asociación: «Durante muchos años se me puso una etiqueta, entiendo que es algo que ayuda a conocer a las personas. Se me puso por mi voz y mi imagen, pero había una ironía que no se llegó a captar. En los conciertos me mostraba diferente, con este disco la he aparcado del todo. Otras etiquetas me definen mejor».

La cantante ha abandonado su anterior discográfica para fundar una propia. «Con Universal tenía menos control, tenía muy poca voz. Eso me frustraba. Ha merecido la pena perder los apoyos económicos. He hecho lo que quería hacer y tengo a mi lado a mis seguidores, muy fieles», asegura.

Tras realizar una gira acústica en verano, Zahara opta ahora en el formato eléctrico: «El directo es un formato muy agradecido, tiene una parte íntima, una triste y otra divertida. Es imagen de lo que soy».

En el concierto promete sorpresas e historias: «Me gusta añadir humor a la música», avanza.