Tres cucharadas de Hammett, dos tazas de Chandler y una pizca de Conan Doyle, todo filtrado por el pasapurés del público infantil y cocinado a dos velocidades: la de la literatura y la del cómic. Así se presenta Anna Dédalus, una nueva heroína adolescente con vocación detectivesca que nació de la constatación de una realidad por parte del editor de Andana: en los colegios cuesta mucho introducir el género de la viñeta.

«A mí también me sorprendió escucharlo», cuenta Miguel Ángel Giner, creador de Anna Dédalus Detectiu. El misteri de la mansió cremada, «según me dijo el editor son los propios profesores los más reticentes al cómic», indica.

Para salvar ese obstáculo, la editorial pidió que Giner aplicara la fórmula del híbrido: mitad libro mitad cómic. «La idea me atraía, pero no quería que fuese como uno de esos libros antiguos en los que la mitad de la historia se presenta en formato literario y la otra mitad en viñetas. Buscaba que no se entendiese una parte sin la otra, que el lector no pudiera saltarse nada», apunta Giner.

Con esa premisa el autor ideó una aventura con dos historias que parecen transcurrir en paralelo hasta que convergen: Anna Dédalus es una joven con el olfato de Sherlock afilado, gracias en parte a la genética, pues sus padres eran ambos detectives. Ahora Anna trata de resolver el único misterio que se le resiste: la muerte de sus progenitores, para lo cual cuenta con los cuadernos que su madre le dejó sobre sus propios casos, relatados en forma de historieta. Así se cuadra el puzzle: no se entiende la prosa sin el dibujo. «Sirve para que los lectores no habituales de uno de los dos formatos se inicien en él», asegura Giner.

Partiendo la obra de una preocupación concreta del editor, Anna Dédalus se publica „2.000 ejemplares en valenciano y otros tantos en castellano„ para invadir las aulas. «En conversaciones con amigos comentamos que quizás hacen falta cursillos para introducir a editores de libros en el cómic: sugerirles títulos imprescindibles, edades de lectura y cosas así. Visto lo visto la idea podría ser aplicable también a profesores», sugiere el escritor y presidente de los ilustradores valencianos, que se ha extirpado para este encargo su faceta de dibujante.

Suyo es el texto, pero para la historieta buscó a «dos nuevos valores» que hasta entonces volcaban su oficio en autoediciones: Núria Tamarit y Xulia Vicente. «Por mi cargo en APIV estoy en contacto con nuevas firmas y soy fan de Tenderete; ellas habían dibujado fanzines muy buenos», asegura el autor.

Para el tono, añade Giner, ha rescatado el espíritu de algunos de sus referentes, como Raymond Chandler o Dashiell Hammett, adaptándolos a su público objetivo: «He querido ser muy respetuoso con una característica de estos autores, que eran bastante de izquierdas, y es que siempre subyace una crítica a los poderosos».

También advierte que, pese al título, ha tratado de huir de la fantasía y centrarse en la ciencia para construir una historia de la que ya ha pensado una continuación: «Siempre es bueno tener un personaje con éxito que te permita jubilarte, sin llegar al extremo de Conan Doyle». A Sir Arthur no le dejaron enterrar a Holmes, pero ese horizonte queda aún muy lejano para la recién llegada Dédalus.