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Obra

Un triunfo con 40 años de retraso

La Tate Modern, el IVAM y Galería Punto recuperan la obra pop que Ángela García realizó en los años setenta con escasa atención entonces del arte - El museo londinense subraya el uso del lenguaje pop de la valenciana para la crítica feminista

Un triunfo con 40 años de retraso

Paradojas del mundo del arte, al que de vez en cuando le da por ejercicios de contrición ante olvidos inexplicables del pasado. Algo de esto le ha sucedido ahora a la artista valenciana Ángela García Codoñer.

La obra pop que realizó en los años setenta, antes de la muerte de Franco, de tono crítico feminista, recibió escasa atención de especialistas y críticos entonces. Cuarenta años después, esa obra forma parte de dos grandes exhibiciones que revisan la creación de aquellos años: está en el IVAM, en la muestra sobre los colectivos artísticos bajo el franquismo, y „lo que es más llamativo„ está en la Tate Modern de Londres, dentro de una exhibición que observa la dimensión universal del arte pop.

Para subrayar la coincidencia del rescate, la Galería Punto dedica también estos días una muestra a las tres series que enmarcan la creación en los años setenta de la ahora catedrática de Expresión Gráfica Arquitectónica en la Universidad Politécnica.

Ella, Ángela García (Valencia, 1944), contempla el fenómeno con «satisfacción» y un punto de desencanto por el hecho de que estas pinturas «casi ni se vieran en su momento». «Pero no vale la pena», corta cuando va a empezar a hablar sobre el olvido y sus razones.

Prefiere quedarse con el gusto ahora de sacar los cuadros y recordarlos sin nostalgia, cuando hace tiempo que su obra «no tiene nada que ver ya con el pop». La evolución de su pintura ha sido un «camino hacia la abstracción» (así se titulaba la muestra que en 2014 protagonizó en la galería Agora de Nueva York).

Toda esta reaparición del pop de Ángela García empezó con la Tate Modern. «Vinieron las comisarias de la exposición „Jessica Morgan y Flavia Frigueri„ a mi estudio en 2014 y seleccionaron tres obras grandes». Una de ellas, además, forma parte del material publicitario de la muestra.

The World Goes Pop, abierta en Londres hasta el 24 de enero, abre el foco de este movimiento, de origen anglosajón, hacia el resto del mundo. El factor que las comisarias subrayan es el uso para la crítica que se hace en muchos países de un lenguaje visual y llamativo que nació arropado de un carácter más popular y mucho menos político.

Así, la exposición solo incluye a un artista británico entre los más de sesenta seleccionados. No falta el Equipo Crónica, esencial en el uso del arte pop como arma contra la dictadura franquista.

La obra de Ángela García escogida, tanto por la Tate Modern como por el IVAM, forma parte de las series Morfologías, Misses y Labores, realizadas entre 1972 y 1975 y con las que unió a la crítica política una mirada feminista.

Mientras desde EE UU el pop art producía la imagen en masa de Marilyn Monroe, la creadora valenciana cuestionaba con el mismo lenguaje el uso del cuerpo de la mujer en el arte o en los concursos de belleza (Misses). También la imagen dócil de la mujer, dedicada al punto de cruz.

«Cuarenta años después, el techo de cristal está más alto, pero está. Se ha avanzado, pero la mujer cobra menos, ¿cuántas están en museos? Y está la violencia machista», reflexiona en 2015.

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