A partir de ayer, el torero volvió a concentrarse en Pozuelo de Alarcón, donde tiene instalado su cuartel general. Allí volvió tras pasar las fiestas en familia. «Comienzo ya la puesta a punto de cara a la nueva temporada. Voy a matar toros a puerta cerrada, hacer mucho campo y prepararme bien, ya que el 2015 lo pase prácticamente en blanco».
El rubio coletudo liceísta de Benimaclet estrena apoderado. Decidió acabar con la relación que le unía a Santiago López y ahora es Gerardo Roa, dentro de la órbita de la Casa Chopera, quien se ocupa de sus asuntos. «Estoy muy contento con el cambio. El año pasado me vi muy solo y sin contratos. Y más de uno quiso enterrarme antes de hora, lo que no entiendo. Porque 2014, el año de mi alternativa, fue un año de rodaje. Pisé plazas importantes como Nimes, Arles, Dax, Valencia, Albacete y Teruel, y me despedí de novillero en Madrid con dos tardes en San Isidro. Alterné con toreros como El Juli, Castella y Padilla, entre otros. Y salí a hombros de Nimes, Valencia, Albacete y en sitios como Xàtiva, Requena y Alfaro. Yo me vi bien y capaz, y comprobé que podía resolver aquello. Y el año pasado, tras torear en Fallas, con una sola temporada de matador, me dejaron de lado. No es fácil de entender. Pero yo me vengo arriba».
El espada de Valladolid Manolo Sánchez está a su lado y le ayuda en la preparación. «Es un torero que tiene un gran concepto. De él me fijo en cómo maneja los trastos, en su sentido del temple, en la colocación. El pulsear a los toros y no tirar de ellos. Me está enseñando mucho».
El reto de Fallas lo afronta con mucha ilusión. «Es un fecha buena, porque será el 16 o el 17, con dos toreros valencianos como El Soro y Jesús Duque y frente a una corrida como la del Capea, que es toda una garantía. Son toros que se dejan torear, que sirven para hacer el toreo. Y yo me subiré encima de ellos si hace falta. De Valencia va a depender mucho como se desarrollará la temporada. Por eso tengo que ayudar a Gerardo a firmar contratos, y que estos sean buenos. Y tratar de romper para que se nos vayan abriendo puertas. Torear en Fallas y en Valencia siempre es un aliciente y un sueño, y una gran responsabilidad. Luego iré a Fitero el día 19 y el 23 a San Martín de Crau. Allí deberé empezar a abrirme paso en el mercado francés».
Luego llegará Madrid. «A Las Ventas probablemente iremos una tarde antes de San Isidro y otra en la feria. De novillero corté una oreja y pienso que me gané esta confirmación en el ruedo. Es otro reto apasionante».
Antes, el 28 de enero, volverá por unos días a Valencia. «Será para presentar los libros de Avance Taurino en el Casino Agricultura. El de mi amigo Mariano Tomas y los otros de Paco Delgado y Pieter Hildering. Es un honor, porque en estos actos me han precedido Joselito y Ponce».
Y ya regresará para hacer el paseíllo en el coso de la calle Xátiva. «Estoy ilusionado, porque me noto bien, fuerte y mentalizado. Y así, siempre hay más posibilidades de que salgan las cosas bien. Y si el toro no embiste, ya trataré de tirar yo para adelante y buscarle las vueltas. Porque quiero seguir toreando, que es lo que más me gusta. Pero para seguir, debo tratar de ganarme los contratos en la plaza y que se acuerden de mí. Por mí no va a quedar. La dura experiencia del año pasado me ha servido para madurar. Mucho»
