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Documental

Un "biopic" para la Margot

Enrique Belloch presenta su documental sobre el transformista símbolo de la Transición valenciana

Un "biopic" para la Margot

Margot no es La chica danesa, ahora en las carteleras con el impulso de Hollywood detrás, pero su historia también vale una película biográfica, un biopic. Margot es un personaje de los que no aparecen en los libros de Historia, pero que explican y sintetizan una época mejor que muchos políticos e intelectuales. Margot es un símbolo de la Transición valenciana por lo que representa de choque de identidades, de duelo a la luz de la Luna entre represión y anhelo de libertad, entre la caspa del pasado y las lentejuelas del nuevo tiempo.

Margot no es Margot. O solo es ella, descocada estrella del cabaret, de noche. De día es Antonio Campos Ramos. Sin más. Un señor nacido en Bétera en 1948 que ha superado un ictus y una depresión más dramática aún para regresar por los fueros del transformismo ahora que el cabaret vuelve a dar señales de vida en Valencia.

«Un señor que malvive, pero vive, de lo que le queda y lo que va haciendo», cuenta Enrique Belloch, veterano de la escena valenciana que dirige el biopic: La Margot. Serio de día, coqueta de noche. El subtítulo podría ser: «Historia del albañil y repartidor de hielo que quiso ser una estrella». Presentan el documental, de setenta minutos, el próximo día 27 con el objetivo de animar a distribuidores y exhibidores a hacerle un hueco en su programación comercial.

Lo harán en la Rambleta y no es casual, porque allí nació el proyecto hace más de un año, viendo actuar a «una Margot pletórica, con 67 años, pero con más gracia que nunca», en aquel reflote del cabaret que dirigía Tonino Guitián.

«¿Por qué no hacemos un documental sobre su vida?», le preguntó el periodista Rafa Marí a Belloch aquella noche. El primero ha producido el proyecto en compañía de Malvados. El segundo lo ha dirigido. El guión es de ambos. Miquel Navarro ha sido el director artístico. El escultor también forma parte de los protagonistas de la Transición valenciana entrevistados, junto a Carmen Alborch o Francis Montesinos.

La Margot va más allá del personaje, es crónica viva de un tiempo de apertura hoy «injustamente denostado», dice el director. La Sara Montiel postiza que era más Sara que Sara «hizo que parejas de novios y casados se atrevieran a rozarse con ese mundo oscuro hasta entonces de la noche y la homosexualidad», razona Belloch. Al otro lado del maquillaje existía una infancia de silencio y disimulo en una España de monjas y coplas. Antonio cuenta ahora casi todo ante la cámara, antes, mucho antes, de cantar el último cuplé.

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