Dicen en el teatro que un buen momento es cuando se encadena un trabajo con otro. La expresión vale para Alfred Picó, rostro bien conocido de la escena valenciana gracias a Canal 9. Prepara Els sopar dels idiotes y la película M'esperaràs mientras ejerce ahora de productor de La guerra dels mons 2.0, que su compañía (l'Horta Teatre) estrenó ayer en el Teatro Principal de Valencia. El texto es de Roberto García y los que dan la cara esta vez son Verònica Andrés, Álvaro Báguena y Jordi Ballester.
¿El proyecto era inviable sin ayuda pública?
Sí. Hay una composición musical original interpretada en directo, audiovisuales, dos técnicos? Es un montaje de más envergadura de los usuales y era necesario apoyo.
¿Supone reivindicar el teatro público?
Con la crisis todos adolecemos de pobreza escénica y medios. Este montaje tiene algo más, es también el que queríamos para celebrar los 40 años de la compañía, aunque al final se ha ido retrasando.
¿Hacer teatro en valenciano en el Principal es un reto, una locura o un sueño?
Es una responsabilidad. Hace tiempo que hay mucha gente preparada en Valencia para acceder al Principal con garantía de que la calidad no baje ni un gramo. Se convierte en un hecho excepcional por la anormalidad en la que vivimos. No es que estemos en el Principal por hacer teatro en valenciano, sino porque tenemos calidad.
¿Y ese argumento recurrente de que el valenciano no funciona en una sala tan grande?
También decían lo mismo del humor en valenciano en Canal 9. Las cosas funcionan cuando están bien hechas y el teatro funciona cuando es atractivo. Nosotros no tenemos rostros que atraigan porque se cortó cuando empezaba a haber algunos gracias a la tele.
¿Las redes sociales son más peligrosas que la radio de «La guerra de los mundos» de Orson Welles?
Hay un paralelismo entre aquella época, cuando salían de una depresión y tenían el temor de la Guerra Fría, y la crisis actual y la amenaza del terrorismo. Es una reflexión sobre el miedo y la extensión de las redes sociales, sus peligros.
¿El poder de confusión entre verdad y mentira es mayor?
Sí. De todo eso habla el espectáculo, que es entretenido y con intriga, en el que Orson Welles figura visualmente en el aire. No es ligero, que cada uno saque sus conclusiones. Muy contemporáneo.
En Broadway el productor pone la «pasta»?
Yo, de momento, pongo la sangre. [ríe] Aquí me bajo del escenario porque alguno tenía que estar para que el caballo no se desbocara. L'Horta hace una apuesta arriesgada, porque ponemos el 50 % del dinero. Esperemos que funcione estos nueve días y provoque el interés de los programadores para empezar una gira.
¿Qué espera del nuevo director general de CulturArts?
¡Que ya estuviera! Lo que espero es que ponga orden, trellat, normalidad? Eso significa que una compañía valenciana pueda estar en el Principal, que las ayudas sean racionales, porque el 90 % de la profesión está parada, que el Circuit no tenga tan poco dinero, algo de apoyo a las compañías que han resistido, porque no nos gustaría llegar a la orilla para morir.
¿Es de los que piensa que el cambio en la cultura va lento?
Sí. Creo que no sabían qué hacer con el sector cultural. Así de claro. Se ha visto que el conseller tenía previstas medidas muy claras en Educación, que me parece fantástico, pero en Cultura no había un plan. Está bien hacer concursos, pero paralelamente tienes que hacer que la gente se reactive y no muera, y se ha tardado mucho. Se podría haber empezado una temporada medianamente normal y no esta, una media herencia de lo que teníamos y de lo nuevo.
