­El pianista Javier Perianes hablaba la mañana del lunes con un amigo de cómo le gustaría tocar algún día con la la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam, a la que esa tarde iba a oír interpretar en Madrid el Concierto nº 5 de Beethoven, El Emperador de los conciertos. Poco después, tres horas antes del concierto, recibía la oferta de subir al escenario junto a la prestigiosa formación „la mejor del mundo, para algunos críticos„, pues el concertista anunciado, Jean-Yves Thibaudet, había enfermado. «Era posible decir que no, pero se me ocurrió decir que sí. ¿Valentía? No es para tanto. Salió de forma natural. Son oportunidades que pasan, aunque nunca tan deprisa», explica el pianista sin un átomo de soberbia.

Perianes (Huelva, 1978), Premio Nacional de Música en 2012 y con una carrera internacional lanzada (de Australia a EE UU pasando por cualquier rincón de Europa), se levantó ayer a las siete de la mañana para ensayar. Como cualquier día. Su próximo «templo» en el horizonte es el Palau de la Música de Valencia, dice. Será un concierto, seguro, más ensayado que el del lunes, «pero no me importaría que saliera igual de bien».

El de Madrid, que lo ha convertido en noticia estos días, fue «inolvidable, especial», pero no el más difícil de su carrera: «Lo difícil vino después, cuando me di cuenta del lío en que me había metido. Me angustió. Antes fue todo a tal velocidad que ni me percaté».

En Valencia le espera más Beethoven. «Y que no falte», comenta él. Esta vez será el Concierto nº 4 para piano, una partitura que tiene reciente. La interpretó con la orquesta de Galicia y en Abu Dabi.

Lo que es nuevo es el director que estará mañana al frente de la orquesta de del Palau, el valenciano Ramón Tebar, titular de la Ópera de Florida que en 2015 fue nombrado director principal invitado del vecino Palau de les Arts. El debut es doble: es la primera vez que el pianista y el director comparten escenario y Tebar se estrena a su vez al frente de la Orquesta de Valencia (OV). «Me siento como un invitado a una fiesta», afirma Perianes, «buen amigo» de Tebar desde los tiempos de la Joven Orquesta Nacional (Jonde), recuerda.

El concierto supone además el regreso del pianista a interpretar al lado de la OV. La última vez que sucedió, afirma, el director de la formación era Miguel Ángel Gómez Martínez (dejó el cargo en 2004).

Los pianistas son las estrellas mediáticas de la música clásica. Lang Lang, Yuja Wang o el propio Thibaudet suscitan comentarios no solo por su música, sino también por su manera de vestir y su actividad fuera de los auditorios.

El estilo de Perianes es otro: «Poco puedo ofrecer de envoltorio», bromea. Este es un factor añadido. «Los tres son sobre todo artistas extraordinarios „dice„. Yo voy a disfrutar de la música y de una interpretación honesta. Cierro los ojos y me dejo llevar, la ropa me da igual. Lo que importa es que son tres pianistas enormes».

Perianes prefiere no pensar en sueños. ¿Han oído aquello de tener cuidado con lo que se sueña por si se hace realidad? Algo así le pasó el lunes y en agenda tiene ahora el Carnegie Hall y los grandes auditorios de Chicago o Boston. No puede imaginar mucho más.