«Os voy a pedir un favor, mañana quiero que vayáis al 'cole', digáis ya que soy una niña y que me llamen Lucía, estoy preparada para hacer frente a todas las burlas». Esta fue la demanda que hace poco más de un año hizo a sus padres Lucía, una menor con genitales masculinos, que ha cumplido ya cinco años. Además de convertirse en realidad y ser aceptada por su familia, profesores, compañeros de clase y amigos del pequeño pueblo guipuzcoano de Asteasu, su deseo ha encontrado ahora acogida legal en un juzgado que ha autorizado su cambio de nombre en el Registro Civil por motivos de transexualidad, en lo que hasta ahora es el caso más prematuro de España.

«Lucía siempre ha mostrado interés en asuntos que socialmente conocemos como cosas femeninas en los juguetes y la ropa», explica su madre, Abi Labaien, quien junto a su marido pensaba «al principio» que su comportamiento «era simplemente un juego y nada más».

Desde que tenía tres años y medio, Lucía se refería a sí misma como una chica y «haciendo mucho hincapié» en su condición femenina. «Decía: yo soy guapa, qué bonita estoy y cosas así», aclara Abi. «Un día nos dijo 'tengo pene, ¿puedo ser una niña?' y en ese momento pensamos que detrás de ese 'juego' había algo que se nos estaba escapando».

Los padres de Lucía quieren además que, en caso de que en el futuro la pequeña decida no tomar hormonas ni cambiarse de sexo porque se dé el caso de que «esté feliz con su cuerpo, nadie tenga derecho a decirle que es menos mujer por no pasar por esos tratamientos».

El auto judicial, dictado en octubre de 2015, considera que existe una «justa causa» para llevar a cabo la modificación y porque la denominación femenina Lucía es la utilizada habitualmente. El juzgado recuerda que la ley dispone que la rectificación registral de la mención de sexo se acordará siempre que la persona que lo solicite «acredite que le ha sido diagnosticada una disforia de género», mediante un informe médico o psicológico.