Goya pintó la tarde londinense durante la semana de la moda en la City, gracias a los diseños del alicantino Emilio de la Morena, única representación española en la pasarela británica. Con un montón de miradas sobre sus vestidos, De la Morena hizo desfilar en la sala Pompadour del hotel Café Royal una colección con reminiscencias españolas con toques del chic francés.

El diseñador ha querido sumergirse para esta colección en una oscuridad con cierto toque punk. En su paleta de colores se mezclaron el azul abisal, malvas, morados, fucsias atornasolados, ámbar, algún rojo sangre bermellón y blancos; siempre sobre base de negros que le conceden un matiz glam que no ha perdido en toda su carrera. Como complemento, unos antifaces realizados con las propias blondas de chantillí que cubrían la mirada de la modelo y se reflejaban en los espejos de la sala. Y a los pies, botines, botas y maxibotas hechas en Petrer para crear su primera colección propia, adornadas todas con detalles que recuerdan a las escarapelas del siglo XVII.