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Concurso

El día del gran examen en la ciudad de los músicos

Un nuevo «talent show» de TVE y la Academia Valenciana de la Música convocan audiciones la misma jornada y hacen pasar por el tribunal a más de un centenar de músicos en dos puntos de la ciudad

El día del gran examen en la ciudad de los músicos

Mariví se abraza como un koala a una de producción. Su hija Mar está tocando «el piolín» „así lo reclamó cuando apenas tenía un año de vida„ en el claustro de San Carlos, interpretando el Canon de Pachelbel. Tiene once años y ni siquiera ha realizado la prueba, pero la imagen de la niña frente a la cámara es suficiente para mamá. «A mí me gusta», responde Mar cuando se le pregunta si no está nerviosa con la televisión revoloteando alrededor. La madre confiesa que no ha dormido en las dos últimas noches.

«No pienso en las cámaras». Mar es una de las cuarenta y pico aspirantes que ayer por la mañana se presentaron al casting de Virtuosos, una especie de talent show para Televisión Española. «Se emitirá [aún sin fecha] los fines de semana por la mañana y no responde exactamente a los códigos del género; no buscamos al próximo Bisbal, sino a músicos para una orquesta sinfónica», explica Roberto Oltra, miembro de la productora Secuoya y director de contenidos del programa. En esta fase de gestación, el programa viaja por diferentes ciudades recolectando unos cien músicos que, ya ante las cámaras y a las órdenes del maestro Ramón Torrelledó, pujarán por una plaza en la orquesta. La meta es un concierto en el Teatro Monumental de Madrid y después establecerse como «la hermana pequeña» de la Orquesta de RTVE.

La aventura ha empezado en Valencia. «Es la tierra de la música por excelencia, aquí está el mayor número de músicos por metro cuadrado», reflexiona el rector del programa. A su alrededor van danzando todos los actores en esta producción: la presentadora Sheila Izquierdo, cámaras, personal de producción y el propio Torrelledó, que ensaya un discurso para los aspirantes y comenta, resignado: «Esto es la tele, luego estaremos todos más tranquilos».

Tras arengar a los candidatos, extraordinariamente jóvenes la mayoría, los ordena para un concierto improvisado en el claustro, donde a los acompañantes, padres y madres sobre todo, se les derriten las retinas de emoción. «Tienes que ir a la tuya y no pensar en las cámaras», comenta uno de los aspirantes más experimentados, Iván Toboso, trombonista y profesor de música de 29 años. «Al estar todo más montado se te van pasando los nervios», asegura Lidia Tejero, de tan solo 17 años. Tras varias horas de grabación, empieza el examen a los músicos.

Y en el otro extremo de la ciudad... Es casi la hora de comer y ya ha desfilado por el tribunal casi la totalidad de los sesenta candidatos a formar la primera orquesta de la Academia Valenciana de la Música (AVM), en las pruebas convocadas en la Rambleta. Hay grupúsculos de músicos repantigados en los sofás del centro y en la puerta de la única sala de audición activa se concentran los metales. «Vengo para quitarme el miedo escénico», asegura Javier Llopis, que carga su trombón. Tiene 23 años y es estudiante de conservatorio, con un par de castings en la mochila.

Los aspirantes se examinan para ocupar las 34 plazas disponibles en esta nueva orquesta, que ya parte con 18 profesionales «de mucho recorrido», según señala Bernardo Adam, presidente de la AVM. Además de una orquesta sinfónica (privada), que debutará en mayo y será residente en la misma Rambleta, se formarán dos grupos de cámara: uno de cuerda y otro de metal. «El objetivo es difundir la música de los compositores valencianos», asegura Adam, «y dar una primera oportunidad a los estudiantes tras el conservatorio». Los pocos que quedan en el recinto reposan ante la sala de audiciones, cansados de ensayar. «No, no es mi primer examen», apunta el trompetista Enrique Carod, que ha pasado cuatro años estudiando en Alemania. «Para mí es el segundo», reconoce uno de sus compañeros de prueba, Carlos Roda, que se ha acercado a las audiciones con la intención de curtirse «delante de un tribunal». La misma inclinación que tuvieron ayer al comenzar el día más de un centenar de jóvenes músicos valencianos.

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