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Literatura

¡Víctor Hugo, cuánto daño hiciste a Lucrecia Borja!

Un estudio documenta la multiplicación de la leyenda negra de la hija del papa valenciano a partir del drama del francés

La actriz Holliday Grainger, en el papel de Lucrecia Borja en la serie internacional «Los Borgia» (2011). Levante-EMV

Solo hace falta pensar qué características personales vienen a la mente si se cita el nombre de Lucrecia Borja. Haga el ejercicio, si tiene unos segundos€ ¿Ya? Podemos apostar que la imagen que primero le ha venido a la mente es la de mujer fatal, seductora, ambiciosa, incestuosa, tan hermosa como peligrosa, hábil en el manejo de venenos mortales€ Un personaje tan novelescamente atractivo como históricamente irreal. Hay un culpable principal de ese arquetipo: el escritor romántico francés Victor Hugo (1802 - 1885).

Ahora, una investigación de Marc Gomar Calatayud documenta el éxito de esta imagen a partir del drama Lucrèce Borgia de Victor Hugo y su reiteración en otros productos literarios europeos.

«El éxito y la popularidad del drama como también los de la ópera derivada [de Gaetano Donizetti] unen la figura de Lucrecia Borja al puñal y al veneno, una femme fatale alejada de la imagen de princesa ideal que dan de ella algunos contemporáneos como Ariosto o del recuerdo que se conserva en Ferrara», afirma Gomar en su estudio, La Lucrècia Borja de ficció en el drama d´Hugo i els seus derivats, publicado en el último número de la revista digital Scripta, que edita la Universitat de València.

Hubo historiadores en el siglo XIX, señala el autor, que reaccionaron a la leyenda negra de la hija del papa valenciano Alejandro VI „cita a William Gilbert y Ferdinand Gregorovius„, pero su influencia fue escasa ante una opinión pública arrastrada por el éxito del drama de Hugo y la ópera de Donizetti y, por otra parte, «por un personaje histórico demasiado exuberantemente mediterráneo para la moral victoriana».

La obra del creador de Los miserables tuvo una repercusión tan importante que, dos años después de su estreno en Francia (1833), este «drama colosal romántico» „así lo anunciaban„ debutaba en el Teatro Princesa de Madrid. Y el 27 de septiembre de 1837 llegaba al Montesión de Barcelona. Desde 1838 a 1845 se representó, cada año, en diferentes salas y, en 1840, coincidió en la cartelera barcelonesa con la ópera de Donizetti.

La prueba de su notable penetración en la sociedad, apunta Gomar, es que, al igual que en Francia, también en España tuvo una parodia: la zarzuela La venganza de Alifonso, representada en 1846 en Madrid y al año siguiente en Barcelona, con diversas reposiciones.

La expansión de la imagen negra de Lucrecia Borja alcanza al idioma de la poderosa familia valenciana. Francisco Xavier Godó estrena Lucrezia Borgia en 1895 en Barcelona y la referencia al personaje es ilustrativa: «La Borgia m´espanta / y´m posa la pell de gallina / [...] era una dona fatal, / filla del geni del mal, / una víbora; un butxí / ab faldillas!». Un verdugo con faldas, imposible mejor resumen.

El drama de Hugo está documentado en la cartelera española también entre 1859 y 1866, y alcanza además a la literatura popular. La Biblioteca Nacional conserva las cuatro hojas anónimas del Romance de Lucrecia Borjia, impreso antes de 1852. Es una síntesis de la obra de Hugo en 73 estrofas. Así presenta a la protagonista: «¡la que aterra al orbe entero / fiera cruel, sanguinaria».

«No se conoce en el mundo / monstruo ni fiera peor», dice, por su parte, la Canción nueva de la infernal mujer llamada Lucrecia Borgia, duquesa de Ferrara. Es solo una selección, hay muchísimos más textos en el Ochocientos, advierte el investigador, que prepara su tesis doctoral sobre este asunto.

¿Por qué ella? No es casual, responde Gomar, la escogen porque es mujer, bella y poderosa, y porque en el relato histórico contra los Borja ya la habían asociado al veneno. Nada que ver con la realidad histórica, pero tan hermosamente romántica€

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