El aclamado director de orquesta austríaco Nikolaus Harnoncourt, que anunció el pasado diciembre su retirada profesional, falleció el sábado a los 86 años como consecuencia de una grave enfermedad. Harnoncourt nació en Berlín en 1929 pero pasó su infancia en la ciudad austríaca de Graz. Fue violonchelista de la Sinfónica de Viena y profesor de Interpretación en el Mozarteum de Salzburgo.

Como director, tanto en el escenario operístico como en el terreno concertístico, trabajó con los principales solistas y orquestas europeas. Su trabajo discográfico abarca óperas, oratorios y obras sinfónicas de los siglos XVIII y XIX. Además, dirigió dos veces, en 2001 y 2003, a la Filarmónica de Viena en el Concierto de Año Nuevo.

En Austria es considerado el decano de la música antigua y sus interpretaciones y teorías continúan generando divisiones entre sus fervorosos seguidores y quienes las rechazan de forma contundente.

Con su exigencia de usar instrumentos originales y estudiar las partituras históricas revolucionó el arte de la interpretación. Incansablemente buscó comprender y desvelar lo que el compositor realmente quería decir con su obra y ofreció así interpretaciones innovadoras.

Además, fue el primero que abordó la grabación de las obras de Bach en su forma primitiva y fue fiel a su convencimiento de que «la meta no es la belleza del sonido, sino la transmisión de determinadas cualidades de expresión».