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"Hay que desterrar la expresión 'cultura del esfuerzo' porque lo de la vagancia no es cultura"

Leopoldo Abadía presenta su último libro, «Yo de mayor quiero ser joven», una «guía de la vida» contada en primera persona y fino sentido del humor

"Hay que desterrar la expresión 'cultura del esfuerzo' porque lo de la vagancia no es cultura"

Tiene 82 años, pero la vitalidad y la cabeza que ya quisieran algunos más jóvenes. Tras saltar a la fama en 2008 con su libro La crisis ninja —que lo llevó a muchos platós españoles— ayer volvió a Valencia para presentar su nuevo libro, Yo de mayor quiero ser joven.

A la pregunta de qué es ser mayor responde divertido mostrando su DNI, cuya fecha de caducidad es el año 9999. «Esto es ser mayor», dice entre risas. Tiene un fino sentido del humor que solo despeja ligeramente en los asuntos más serios. Como se podría presuponer, el nuevo libro del hombre que hizo entender a muchos qué es eso de la crisis no es —en su totalidad— de economía, aunque no puede evitar colar algunos apuntes. Ser durante 31 años profesor del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE) —una de las escuelas de negocios más prestigiosas del mundo— no se olvidan de un plumazo.

De la familia a la muerte

Contado en primera persona, el libro aborda aspectos tan variados como la familia, el trabajo, la solidaridad, la educación y hasta la muerte. «Es una guía de la vida», explica Abadía, doctor en Ingeniería Industrial.

Asegura que es «anárquico» escribiendo, aunque siendo cabeza de una familia de 12 hijos y con 45 nietos resulta difícil creer que en algún aspecto de su vida reine el caos o la desorganización.

Asegura con humildad que las cerca de 200 páginas que ha escrito en este nuevo libro no son más que «consejos» para todos, «viejos y jóvenes», aunque quizás, «pueda servir más a los jóvenes», señala. Por aquello de la experiencia.

A los más mayores, a quienes se jubilan recomienda que «se busquen un trabajo la misma tarde de la jubilación». «El viejo que no hace nada se muere, pero de aburrimiento. Y quien no hace nada no es útil». «Todo es cuestión de actitud», añade.

Huye de convencionalismos de los políticamente correcto. «Hay que desterrar la expresión 'cultura del esfuerzo' porque lo de la vagancia y la gandulería, no es cultura, no existe. Al vago se le ve enseguida o se autoextirpa», asegura tajante. Tampoco se muestra partidario del término «emprendedor», le gusta más empresario, pero «se tiene una mala imagen de lo que es un empresario». «Lo que hacen falta son más empresarios que den trabajo a más gente», asegura al tiempo que sostiene que le preocupa más el paro de los mayores de 50 años que el de los jóvenes.

Lo bueno y lo malo

La actualidad también le preocupa. «Estamos en un momento en el que se ha diluido lo bueno de lo malo, pero solo cuando esto nos afecta al bolsillo decimos eso de 'no hay derecho'», apunta. «Lo menos importante de esta crisis —señala— es lo económico, lo que estamos es ante una crisis de decencia». En esta línea, explica, lo que en su opinión ocurre con el concepto de «normalidad». «Lo anormal cuando ocurre mucho no es normal, sino anormal frecuente». En su libro plantea reflexiones como «yo de mayor quiero ser decente» y «honrado» algo que, en estos momentos, con la corrupción en sus cotas máximas, choca con otro de las ideas que plantea: «yo de mayor quiero confiar en los demás».

Abadía no elude tampoco hablar de la muerte. Concretamente de la muerte con estilo, «no con dignidad, eso es otra cosa; me moriré cuando toque, la dignidad ya la pondré yo», dice. Para Abadía morir con estilo es «seguir trabajando, quizás el año que viene escribir otro libro»,...

En cualquier caso, en su libro, el autor de obras como Cómo hacerse mayor sin volverse gruñón cita las palabras del Nobel de la Paz Desmond Tutu y que encontró entre unas viejas notas: «El ayer es historia, el mañana es misterio. Solo el hoy es el regalo, y por eso al hoy le llamamos presente».

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