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Crítica musical

Melodía y síncopa

Sociedad Filarmónica

palau de la música (valencia)

Int. The American Spiritual Ensemble. Director Averett Mc Corvey. Piano: Tedrin Blair Lindsey. Obras: negros espirituales y góspels.

Si el objetivo final de la música es la comunicación, los artistas del ASE cumplieron con las expectativas ante el público de la SFV „más abundante que otros conciertos„ que los ovacionó y braveó, con una auténtica standing ovation como despedida.

En el ecléctico programa incluyeron negros espirituales, góspels y alguna concesión al musical de Broadway. Así, la noche se convirtió en una auténtica fiesta sonora poco habitual entre nosotros. Conviene presentar otros géneros que, sin desdeñar la música de cámara, el piano o el violín, interesen a públicos más diversos: los tiempos cambian y hay que encontrar formulas para el espectador fatigado de rutinas. De lo contrario, continuará el éxodo hasta su extinción. Los esclavos transterrados al sur de los Estados Unidos desde continente africano «amenizaban» sus duras labores en los campos de algodón o en la construcción del ferrocarril, con sus canciones y ritmos. Fue una verdadera fusión en la que se amalgamaron sus melodías nostálgicas y ritmos sincopados con los textos bíblicos, creando un tipo de canciones, al unísono o armonizadas, totalmente novedosas y de ahí la gran aceptación en las diferentes comunidades que surgían después de la Guerra de Sececión, a mediados del XIX. Años después llegaría el jazz, los blues y autores como Joplin y Gershwin, entre otros.

El American Spiritual Ensemble se hizo con el público desde la primera entrega. Everett Mc Corvey, su fundador y director desde 1995, conoce cómo extraer lo mejor que cada pieza y lo hace con la humildad de los grandes. Sus cantores siempre atentos y diligentes a sus gestos poseen timbres sorprendentes: La´Shelle Allen es una diva con todas sus consecuencias, Mercante y Truss, electrizantes contratenores. Thomson, profundo y expresivo bajo. Y todo el resto, sensacionales, con el apoyo de Blair-Lundsay, verdadero virtuoso al piano.

Podrían haber cantado all night „como en My fair lady„ pero McCorvey instruyó sabiamente al público para terminar con el popular «Amen». Entrega total.

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