Ni él es dibujante ni ella acababa de atreverse con el cómic. Ambos, sin embargo, comparten pasado en Artesanos y trabajo dentro de lo que llamaremos, por esta vez, el magma creativo de la ciudad. Alberto Monforte (34 años) es diseñador con inclinación hacia la literatura. Laura Pérez (32) es ilustradora y sus incursiones en la viñeta parecían haber quedado en un bonito intento. Y resulta que juntos se alzaron con el último Premio de Novela Gráfica Fnac-Salamandra Graphic gracias a su esbozo de Náufragos, una obra en la que están volcados estos meses y que verá la luz en noviembre.
Fue «allá por 2012» cuando a los dos les dio por buscarse un proyecto conjunto, el que fuera. «Pensamos en hacer poesía con ilustración. Eso ahora está de moda, pero no nos convencía», apunta Monforte. «Siempre decíamos que íbamos a hacer pruebas pero nunca las hicimos», apunta Pérez. La idea de comenzar un cómic estaba, en un primer momento, totalmente descartada.
„De hecho yo pensaba que no valía para eso„ incide ella.
„Yo también lo pensaba„ le asiste su compañero.
Abandonaron el proyecto hasta el año pasado, cuando salió publicado un poemario de Pablo. «Su forma de escribir es muy desgarrada y con tendencia a la melancolía. Me imaginaba muchas cosas con cada poesía», dice su compañera. Para desazón de la inspiración de Laura, el poeta se pasó a un género menos evocador, la narrativa, pero eso acabaría llevándoles a la situación actual, con un premio internacional en las manos y una obra en el horno.
A medida que escribía, Pablo pensó que a su historia le faltaba color y Laura le pidió que le enviara algunos textos tan plagados de detalles como fuera capaz de imaginar. A los pocos días, ella le enseñó el resultado: hojas gigantes pegadas en la pared de su casa en las que se reflejaba la trama que él habia descrito. «Ahí me di cuenta de que era una gran narradora de cómic», se rinde el guionista. Ya no hubo mucho más que pensar.
El nuevo dúo se metió de lleno en una obra a medio camino entre dos ciudades, Madrid y Barcelona, y con una mirada hacia una época en la que ellos apenas eran el proyecto de vida futura: hay una pareja que se encuentra en el 1981 y vuelve a cruzarse una década después, «y explica el paso de la adolescencia a la edad adulta», cuenta Monforte. «Hoy recordamos esa adolescencia y vemos que quizás aquello no era tan buena», reflexiona el guionista.
Sin embargo, sí que querían rescatar una sensación diluida en el nuevo milenio: la vida analógica. «Ahora es todo más inmediato y si quieres contar una historia no puedes obviar internet. Yo quería alejarme de eso», explica la dibujante. Definida la trama, de aire costumbrista, faltaba el título. «Náufragos habla de alguien perdido en medio de, y tiene ese toque urbano de nuestro cómic», cuenta Pablo. Ahora queda acelerar hacia la fecha de entrega, en junio, y cerrar el círculo que se abrió en las excursiones a la tienda de cómics durante el instituto.
