La revista Verlanga organizó ayer en Las Naves una jornada de conciertos, debates y humor para defender que la cultura puede (y debe) ser divertida, reivindicando al mismo tiempo su papel como rasgo de progreso de una sociedad. El InCultura Fest es un tipo de festival que tiene rasgos en común con otras apuestas como el Primera Persona (Barcelona), el Ja! (Bilbao) o el Eñe (Madrid).

La misión ante todo fue ofrecer diversión sin caer en la banalidad mediante una fiesta para disfrutar de diversos sectores de la cultura.

Por la mañana, uno de los platos fuertes del día fue «Singulares», un encuentro con destacados profesionales que compartieron con el público, de manera individual, aspectos relacionados con su trabajo y trayectoria.

La mesa redonda «Los oficios de la cultura», moderada por el periodista Rafa Rodríguez, contó con la presencia de Luis Demano (ilustrador), Meritxell Barberà (de la compañía Taiat Dansa) e Inma Pérez de la librería Dadá, que debatieron sobre lo lícito de vivir de su trabajo y las dificultades para hacerlo.

También hubo actos sobre poesía escénica, conversaciones centradas en el mundo del cine con nombres como Carlos Areces; debates sobre dónde están los límites del humor y le siguió el toque musical, inaugurado por el concierto del dúo valenciano Lanuca.