Cuando finalizó el último 10 sentidos, hace ya año y medio, sus responsables convinieron que la siguiente edición debía romper el dique de cinco días en el Centre el Carme. A un mes de la quinta entrega del festival (arranca el 17 de mayo), su directora artística, Meritxell Barberá, reconoce que se les ha ido de las manos: la programación se amplía a un mes y ocupará diez espacios de la ciudad. Un pequeño milagro si, como apunta Barberá, el presupuesto apenas ha subido unos 20.000 euros para rondar los 200.000 de este año.

Sin embargo, 10 sentidos ha logrado unos cuantos hitos que lo pretenden poner en la senda para ser «un referente en arte contemporáneo a nivel nacional», señala Barberá, quien alude a certámenes como el de Aviñón cuando busca referencias: «Incluye a toda la ciudadanía; el quiosquero lo está esperando porque sabe que repercute en su negocio».

De Barberá y de Inma García , ambas al frente de Taiat Dansa, depende un festival que comenzó en 2011 con la intención de dar protagonismo a artistas con diversidad funcional. Desde entonces ha disminuido la presencia del colectivo (sin desaparecer), aunque se mantiene el discurso «social»: este año, bajo el lema A lo caos, se coordinan veinticinco actuaciones que abordan las enfermedades mentales desde casi cualquier disciplina artística.

Siguiendo este leitmotiv se encontró Barberá el nuevo trabajo de Sharon Eyal, la coreógrafa israelí que se será cabeza de cartel y actuará en el Palau de la Música. Eyal estrenará en España su último trabajo, OCD Love, sobre los Trastornos Obsesivo Compulsivos. En torno a la disponibilidad de la coreógrafa se configuró el resto de una oferta que se expandirá a Las Naves, el Teatre el Musical, Les Arts, La Nau, la Fundación Bancaja, la Filmoteca, la Fnac, el Rialto y la plaza del Ayuntamiento, donde el último domingo de mayo, en el que se cierra al tráfico la plaza, el consistorio les ha concedido que la jornada se dedique a actividades del festival. Subraya Barberá que este año han logrado mayor sintonía con el ayuntamiento, donde se han implicado hasta cuatro concejalías para el certamen, ya sea económicamente o con la cesión de espacios. También les han transmitido, señala la directora artística, la intención de aumentar las sinergias en próximas ediciones.

Entre los cinco estrenos absolutos del festival se incluye la primera producción propia, Moira, que también supone el debut del colectivo LedSihoutte, en una obra sobre el suicidio de Marilyn Monroe. «Colaboramos con otras entidades para atraer oferta extranjera», explica Barberá, fórmula utilizada en la contratación de obras como Wendy Hoose, que llega desde Escocia. La tercera edición del certamen coreográfico, exposiciones e incluso ciclos „con coloquios„ de películas y series que abordan los trastornos mentales. Todo eso conforma el próximo 10 sentidos, que se consolida en el paisaje de certámenes urbanos. «Falta que nos sentemos para organizarnos», desliza Barberá sobre la multiplicación de festivales en el calendario de la ciudad.