Mauricio Antón es uno de los mayores paleoartistas del mundo. Su trabajo permite «poner cara» a las especies que un día poblaron la Tierra y que desde hace millones o «solo» miles de años desaparecieron del mapa; eso sí, dejando algún rastro.
Antón (Bilbao, 1961) participó ayer en la inauguración del XIV Encuentro de Jóvenes Investigadores en Paleontología „que se celebra en el municipio de Alpuente„, que tuvo lugar en el Museo de Ciencias Naturales de Valencia.
Sus pinturas e ilustraciones reconstruyen la vida del pasado, recrean la apariencia y el comportamiento de especies extinguidas tal como las ve la ciencia. Los fósiles son su materia prima, su fuente de inspiración.
Por ello, señala, «el paleoarte debería tener un 50 % de arte y un 50 % de ciencia». «La calidad artística hará más eficaz la trasmisión de contenidos y la base científica permite que la imagen realmente sea reflejo al 100 % de lo que la ciencia sabe sobre estas formas de vida», explica.
Su profesión, no es que esté en extinción, es que es «muy minoritaria», sostiene. Con vocación desde su infancia, Antón explica que «las especies cuya apariencia mejor conocemos y mejor podemos representar son aquellas cuyo registro fósil es más completo». De ellos, destaca los animales del pleistoceno superior y, en particular, aquellos cuyos cuerpos se han conservado congelados. Cita como ejemplos, los mamuts lanudos, rinocerontes lanudos y, recientemente, el león de las cavernas. «Estos hallazgos resuelven casi todas las dudas que podamos tener sobre la anatomía de un animal extinguido», apunta. Sin embargo, esto son casi excepciones.
«Probablemente la mayor parte de las especies que ha existido no ha dejado ningún registro fósil porque fueron animales sin parte dura». En cuanto a los antepasados del hombre lamenta que «los homínidos han dejado un registro fósil pobre».
De tener que ilustrar a alguna especie, Antón muestra debilidad por los tigres de dientes de sable, ejemplares similares a los grandes felinos con caninos muy alargados, acostumbrados a cazar grandes presas por desangramiento y que vivieron hace 40 millones de años.
Y es que hay vida más allá de los dinosaurios. Aunque Hollywood ha hecho mucho por su leyenda, Antón recuerda que la meca del cine «solo ha seguido la tendencia del siglo XIX. Desde que se descubrieron los dinosaurios, estos han estimulado la imaginación porque nos recordaban a los dragones míticos de las tradiciones medievales, pero en Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX hubo una carrera entre paleontólogos para excavar y descubrir nuevas especies. Esto se convirtió casi en un sinónimo de la conquista del oeste».
Futuro «garantizado»
Experto ilustrador de Atapuerca, del conjunto burgalés señala que «hay muchísimo por descubrir. Lo que puede haber ahí es indescriptible. Nos queda casi todo por aprender del homo antecesor». En esta línea, añade que «la paleontología es uno de los campos de la ciencia con el futuro más garantizado: la extensión de las formaciones geológicas es incalculable».
