La soprano y Premio Nacional de Música 2015 vuelve a Valencia, la que considera su «segunda casa». Hoy actúa en el Palau de la Música con la Orquesta de Valencia para interpretar un variado repertorio de arias de ópera y canciones francesas.

Bajo la dirección del maestro de Alcoi Jordi Bernàcer interpretará temas como Asie, La flûte enchantée y L'indifférent de Shéhérazade de Maurice Ravel, «una auténtica orfebrería musical, por la sensualidad de sus acordes, sus infinitos colores,... es una música sugerente», explica. También interpretará arias de óperas como Connais-tu le pays, de Mignon, de Ambroise Thomas; Va! Laisse couler mes larmes, de Wherter, de Jules Massenet, Mon coeur s'ouvre à ta voix, de Samson et Dalila, de Camille Saint-Saëns, y en especial Chanson bohème, de Carmen, de George Bizet, una obra de la que la cantante madrileña está considerada como una referencia. «Es una ópera que he hecho más de 100 veces, es un mito, un camino por el que la vida me ha llevado. Un camino maravilloso», asegura satisfecha. Al respecto, señala que su voz y su cuerpo acompañan para dar vida a la cigarrera sevillana.

«Corredora de fondo»

Pero su trayectoria es larga, «28 años de profesión», recuerda, que se ha labrado como «corredora de fondo, no he tenido un boom, todo ha sido un esfuerzo personal». A esa entrega le llegó su reconocimiento el año pasado, cuando le otorgaron el Premio Nacional de Música, galardón que también recibieron Victoria de los Ángeles, Montserrat Caballé o Teresa Berganza. «Fue una auténtica sorpresa, porque no te presentas. Lo recibí con emoción, ilusión y con muchísimo agradecimiento». Sobre si el premio le ha supuesto tener más trabajo asegura que «sí, puede que sí».

La experiencia y ser una voz reconocida le avalan para asegurar que «las nuevas generaciones tienen un enorme talento, ilusión y preparación. Aunque nunca fue fácil empezar», matiza. «El panorama lo veo muy positivo», asegura.

Con casi tres décadas de trabajo a las espaldas, echa la mirada atrás y asegura sentirse «muy satisfecha» de su trayectoria. Más allá de la suerte, se considera una «estudiosa de mi técnica y de mi cuerpo. Agradezco cada día la voz que tengo, que está sana. La cuido mucho». De cara al futuro, se muestra cauta y solo pide «salud y paz en el mundo, que falta nos hace». Ella lo intenta en su día a día. Una jornada de trabajo para Montiel puede llegar a las siete horas de ensayo, «pero no todas a viva voz, así solo se debe cantar una hora y poco», explica.

Habla serena y recuerda una frase de Teresa de Calcuta: «Cuando sientas dificultades mira hacia atrás y lo que has hecho con tu esfuerzo». «Estoy en un momento de agradecimiento, de ebullición, con proyectos de hacer nuevos personajes y conciertos».