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Entrevista

José Luis Perales: "Soy un hombre tranquilo, pero tengo mi geniecillo"

«Si hubiera nacido en EE UU mis canciones habrían sido consideradas ´country´»

El cantante y compositor José Luis Perales. EFE/Chema Moya

Nunca un disco de José Luis Perales (Cuenca, 1945) podría llamarse Rabia. Se confiesa «bastante tranquilo» y el nombre de su nuevo disco, Calma, le va como anillo al dedo. Grabado en Los Ángeles con trazas de cantautor americano, la Calma de Perales llega hoy al Palau de les Arts donde presentará las obras de su nuevo trabajo, así como los «indispensables» de su carrera. El Perales de siempre.

¿Qué vamos a ver en el concierto de hoy en el Palau de les Arts?

Presentaré mi nuevo disco, Calma, y cantaré algunas de mis canciones inevitables. Valencia es una ciudad muy familiar para mí. He estado en Las Arenas. Me encanta el buen clima que tenéis.

¿Cómo es el disco?

Calma es un disco diferente, pero sin dejar de lado el Perales de siempre. La producción es totalmente nueva, de mi hijo Pablo.

¿Cómo ha sido trabajar con él?

Trabajar con el hijo productor es más difícil en el sentido de que el más exigente, pero el resultado ha sido buenísimo. Le he dejado libertad y el trabajo ha sido muy satisfactorio. Estoy feliz.

Todos necesitamos un poquito de calma y José Luis Perales también...

A medida que me escapo y hago menos giras me doy cuenta de cómo estamos de irascibles. Pones la televisión y ves tragedias como la de los refugiados. Es difícil irse a dormir tranquilo. La relación ente iguales debe ser de calma, poder ver el amanecer, pasear, escuchar la lluvia, vivir, no morir en la tensión. Por ejemplo, en una de mis canciones del disco, la infantil, hablo de la felicidad de jugar con el nieto. Hay que prestar atención a esas cosas. Todos necesitamos calma, tener fe en el otro. A veces nos fijamos solo en los políticos, pero no es cuestión de señalarlos con el dedo. Cada uno debe crear su propia calma.

¿Qué ha aprendido de sus décadas sobre el escenario?

El paso del tiempo nos ayuda a seleccionar lo que es importante y lo que no. No hay que ser excesivamente ambicioso, no querer tanta riqueza, llegar al equilibrio.

Parece usted una persona muy tranquila, porque hasta para preguntar por una infidelidad en una de sus canciones más célebres («¿Y quién es el?») fue usted la mar de diplomático...

Uno cuando es autor tiene que hacer otro personaje. Sí es verdad que yo soy un hombre bastante tranquilo, pero tengo mi geniecillo.

Pero en los conciertos ya no se pondrá nervioso...

Sí, porque el público espera cada vez más de ti. Eso supone una gran responsabilidad por lo que tienes que ofrecer.

¿Y qué le tranquiliza allá arriba?

Es muy reconfortante el hecho de salir y cantar un tema romántico y ver que la gente se coge de la mano, son momentos felices. En los conciertos es un placer ver la emoción del público en la primera fila.

Dice que en el concierto, además de sus nuevos temas, estarán los de siempre... ¿No se cansa de ellos?

Tienes que cantarlos con la misma emoción que la primera vez, no puedes caer en la rutina.

De «¿Y quién es él» han hecho versiones hasta Marc Anthony.

Él es un salsero increíble. Elefantes también hizo una versión estupenda. Siempre siento agradecimientos. Algunas versiones son sorprendentes por el estilo de cada uno. Creo que hay una 30 o 40 versiones diferentes, la hay hasta en japonés. Un grupo alemán también la versionó hace algún tiempo y vendió millones de discos. De todos modos, tampoco permito que la cambien demasiado.

En este disco se atreve hasta con el «country»...

Siempre he hecho canciones country pero aquí han sido consideradas más canciones de amor. Si hubiera nacido en EE UU sí que las habrían catalogado como country.

¿Piensa alguna vez en la retirada?

El escenario es peligroso porque hay gente que no quiere irse nunca. Cuando hago una gira descanso de los conciertos durante tres años, y en ese periodo, por ejemplo, escribo libros.

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