Carlos Goñi traerá hoy su gira «Babilonia al natural» al teatro Olympia, una gira que hace referencia al título de su último disco, elegido «por el concepto bíblico de la ciudad de Babilonia, que se supone que era un sitio al que cualquiera podía llegar, llevarla a la ruina y luego venir otro y hacer lo mismo. Viendo el telediario me di cuenta de que España cada día se parecía más a Babilonia», cuenta.

No obstante, el artista asegura que «ha sido un error» poner ese nombre a la gira «porque en Madrid no toqué ni una de las canciones de Babilonia». El repertorio ha sido diferente en cada uno de los conciertos. «He tocado cuarenta y ocho canciones distintas en una misma gira, no suele ser lo habitual. También voy improvisando según me va pidiendo el público. Eso es posible porque no llevo una banda detrás. Por eso me resulta más divertido tocar solo, la capacidad de movimiento es mucho mayor, no tengo que estar pendiente de nadie más. Además, me provoca un punto de riesgo brutal, me da vértigo y eso me encanta. Si estás solo no tienes nadie a quien echarle la culpa en caso de que algo salga mal», afirma.

Pese a estar solo sobre el escenario, Goñi no se plantea dejar de lado el nombre Revólver. «Me da igual, no tengo un punto egocéntrico y no necesito que aparezca mi nombre. Ya que se llama así, dejemos que se llame así. Lo único que quiero es tener control sobre mi trabajo y ser feliz con lo que hago. Necesito acabar una gira con los músicos, darnos un abrazo gigantesco e irme a tocar yo solo, nada me gusta más», explica.

«No soy ni cantautor ni rockero»

Acompañado únicamente por su guitarra, el artista no se considera un cantautor. «Soy un músico. Llevo haciendo este tipo de giras desde el 97. Es la tercera vez que actúo en el Olympia y siempre ha sido solo. No me considero cantautor, ni rockero, sólo un tío muy curioso. Igual me voy a Marrakech a grabar un disco, que lo grabo en Los Ángeles, o en mi casa. Tengo discos con muy mala leche o uno como el que ya he empezado a grabar: todo acústico, sin tintes sociales y en el que no grito», avanza. Las entradas se agotaron semanas antes de la actuación. «Para mí es la gira más bonita que he hecho en la vida y me da mucha pena que se acabe. Pero tengo que parar ya, llevo de gira casi tres años. Sobre todo por el público, no puedo ser cansino», reconoce.

Babilonia es un disco crítico con la situación actual. «Lo llevo haciendo desde hace muchos años. En el 96 con Calle Mayor, Argán? En Revólver es una constante. Me molesta que me hagan referencia al tema del disco porque es algo que he hecho toda la vida. Otros han empezado a hacerlo ahora y lo han hecho fatal. Cuando haces una canción con tintes sociales hay que tener muchísimo cuidado. Ocurre lo mismo que con la fotografía, nunca me he atrevido a hacer un desnudo porque no sé cómo iluminarlo. Necesitaría un conocimiento de la luz y las sombras brutal para que no quede ordinario. Sin embargo, si quieres fotografiar un paisaje basta con que tengas un poco de sensibilidad. Para hablar de temas sociales hay que controlar un poco las luces y las sombras», concluye el artista.