La carrera del hijo artista de Císcar aparece ahora bajo el foco de la jueza que investiga el caso IVAM. La magistrada que se ocupa de las presuntas irregularidades en la gestión del centro durante la etapa de Consuelo Císcar trata de dilucidar si la exdirectora, que permanece en condición de investigada „nueva denominación para la figura de imputada„, favoreció a su vástago mientras estuvo a cargo del museo.

A partir de la documentación intervenida en los registros de los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional (UDEF), Nuria Soler, la magistrada instructora, ha ordenado la práctica de varias diligencias encaminadas a averiguar el patrimonio de Rafael Blasco Císcar, que se presentaba como artista con el acrónimo Rablaci, por si este se hubiera beneficiado de las supuestas irregularidades cometidas por su madre, según informaba ayer el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, si bien el descendiente no tiene aún la misma condición de investigado que su madre.

La magistrada ha reclamado información a dos empresas contratistas habituales del IVAM ante las sospechas de que el museo hubiera costeado trabajos que realizaron para el hijo de la exdirectora, ajeno al centro valenciano. Por otro lado, la jueza ha oficiado a la Agencia Tributaria para que informe sobre los bienes inmuebles, las cuentas bancarias, los vehículos y las declaraciones de la renta de Rafael Blasco Císcar.

El resultado de estas diligencias determinará si el hijo de la exdirectora „y del exconseller del PP Rafael Blasco, actualmente en prisión por el caso del fraude en las ayudas de Cooperación„ adquiere la condición de investigado, bien como «posible cooperador necesario» en relación con los delitos imputados a su progenotira, o como posible autor de un delito de blanqueo de capitales.

En la causa están investigados, además de Ciscar, otras cinco personas, cuatro de ellas con responsabilidades en el IVAM como subdirectores de distintas áreas por delitos de malversación, prevaricación y falsedad por supuestos sobrecostes en la adquisición de obras de arte y en la contratación de publicaciones.

Billetes de 500 euros eran cambiados en el museo otros más pequeños, según Vanity Fair. La revista cuenta, basándose en el relato de varios trabajadores del centro, cómo circulaba el dinero negro en el interior del museo: Consuelo Císcar ordenaba a su secretaria o a Raquel Gutiérrez (también investigada), que hicieran el cambio, hasta que fue un administrativo del IVAM se negó a hacerlo, apunta esta publicación.