Los festivales de música, las muestras gastronómicas y los encuentros de arte urbano suben en Valencia como la espuma. La ciudad ha pasado a la cultura del «todo en uno», que incluyen eventos accesibles para todos lo bolsillos y al aire libre.

El último en llegar es el Palo Market Fest, un festival consolidado en Barcelona, y que se estrena el próximo fin de semana con grandes expectativas en Viveros, pues la organización del certamen, ya ha pedido al ayuntamiento una ampliación del espacio cedido. De 20.000 metros cuadrados que iba a ocupar inicialmente, el Palo Market Fest ocupará 30.000 de este espacio emblemático. El motivo es que la organización espera acoger alrededor de 30.000 personas durante los tres días de actividad.

Se trata de un festival que imita algunos eventos de tradición europea que incluye arte, música, teatro, diseño y gastronomía, con una clara intención de ser una plataforma para proyectos jóvenes emergentes de toda España. La entrada al festival costará tres euros por persona y el recinto contará con seis diferentes instalaciones artísticas.

Se esperan 200 expositores de todas las facetas artísticas con proyectos innovadores. También habrá cabida para una programación cultural con un especial sabor valenciano, ya que se espera la presencia de los ilustradores Paula Bonet y Pau Roca, que expondrán una selección de sus obras; el artista Javier Mariscal, que presentará una instalación construida con letras en volumen de gran tamaño; la diseñadora Sonia Carrasco; el grupo house-pop A-Phonics; o la agrupación pop Chlöe's Clue.

Otra manera de «vivir»

«Valencia está viviendo un momento muy entusiasta. La gente tiene esperanza sobre el tipo de cultura que se puede hacer. Hay muchas ganas de que vuelva a salir el talento de esta sociedad, que hay mucho», asegura Pedrín Mariscal, miembro responsable de la organización del Palo Market Fest que integra la familia Mariscal. «El festival aspira a que el público tenga las mismas sensaciones que cuando acude a un festival de música, aunque con otros estímulos muy diferentes. El fenómeno de los market ha llegado muy tarde a España, ya que en los setenta ya eran algo muy común en ciudades como Londres o Ámsterdam, lo que es extraño porque en los países mediterráneos se vive mucho en la calle», afirma Mariscal.

El Mercado de los Motores o el Mercado de Diseño de Matadero de Madrid son algunos de los pocos festivales de esta rama que existen en España. «Actualmente está surgiendo un interés muy grande en la historia que hay detrás del producto, algo a lo que no estábamos acostumbrados los diseñadores de la década de los ochenta. Es otra manera de interactuar con el producto y de vivir muy diferente», explica el organizador.

El festival viajará en otoño a Madrid, y volverá a Barcelona de nuevo, donde ya tiene un público fiel. Los organizadores pretender volver a Valencia, aunque dependerá de su acogida.