Rafael Blasco Císcar, Rablaci, ya había colocado su obra en Portugal, China o Japón cuando apenas tenía 22 años y aún era alumno de la facultad de Bellas Artes. A esa edad también había incluido su nombre en la nómina de artistas españoles en la Bienal de Cuba y además se había hecho con un accésit en los premios Bancaixa, en la categoría de escultura.

Siendo un veinteañero, Rablaci, contaba, por ejemplo, con una exposición en el Convento de Cristo de Tobar, cercano a Lisboa, en un espacio con el cual el IVAM (en la etapa de Císcar), mantenía una relación estable.

En 2009, la embajada de España en Japón inauguraba otra muestra combinaba escultura y fotografía que había llegado hasta allí después de pasar por Madrid y el templo taoísta Hong Miao de Shanghai.