No es la primera expedición que Livermore envía fuera de los confines de la ópera, ni la primera vez que actores profanos en la materia (del cine, del teatro, de la televisión) pisan el escenario de Les Arts. Sin ir más lejos, Nacho Fresneda ya puso voz a Lélio en la pretemporada. La Juana de Arco que se presenta en el coliseo mañana, sin embargo, parece llevar un poco más lejos la vocación de Livermore de «diversificar el discurso y el público» de Les Arts. Asume, también, más riesgos. «Es una obra alejada del formato clásico», advertía el intendente.

La apuesta, sin embargo, no parte de un título desconocido. Estrenada en 1938 en Basilea, la obra de Arthur Honegger con versos de Paul Claudel tuvo en su primera puesta en escena a Ida Rubinstein como protagonista. En estos casi noventa años, reivindicaba Livermore, «ha estado presente en los más grandes teatros del mundo». Y ahora llega a Les Arts con Rosana Pastor en el centro de este oratorio dramático que transcurre como un flashback en la vida de la heroína francesa, justo cuando va a ser devorada por las llamas. La actriz estará arropada por 35 niños del coro de la Escolanía, por el Cor de la Generalitat, cinco solistas y su compañero de profesión Juli Cantó; además de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, dirigida de nuevo por Christopher Franklin, que la semana pasada llevaba la batuta en Café Kafka, el último experimento de Les Arts.

El amor (artístico) entre la protagonista de la obra y el intendente, surgió hace más de un año, cuando Livermore acababa de ser elegido y recopilaba impresiones de agentes de la cultura valenciana. «Hablamos de la importancia de hacer cosas que no estuvieran exclusivamente dentro de la ópera», contaba ayer el responsable del coliseo. «Yo le reconozco a Davide (Livermore) el esfuerzo por abrir Les Arts a la ciudad, de integrar a los profesionales valencianos y de dotar este edificio de contenido», enfatizaba Pastor, que pone los pies en un territorio nuevo como la ópera, en una etapa en la que también se ha decidido a pisar la política „ayer aplazó las respuestas sobre esta nueva faceta hasta que acabara la rueda de prensa„.

De aquel primer contacto entre Pastor y Livermore nació una colaboración para el homenaje del IVAM a Pasolini y la idea de desacralizar Les Arts como templo para la ópera. Hablando de relaciones que prosperan, el IVAM también entra en el recinto de la Ciutat de les Arts i les Ciències, esta vez como parte de una videocreación realizada para la ópera por Miguel Bosch. Fue un encargo expreso de Livermore al diseñador escénico Emilio López. «Me pidió (Livermore) que integrara el museo y cogimos obra de Joan González, de Julio González y alguna de Pinazo para el vídeo», relataba López, que se inspiró en la Juana de Arco que concibieron para el cine Roberto Rossellini y Dreyer „de hecho, el vídeo será en blanco y negro para acentuar el «tenebrismo»„.

Con una partitura «que solo podría haber escrito un francés, por la mezcla entre lo sacro y lo profano», según explicaba Franklin, esta Juana de Arco pretende ser, por contenido, un homenaje a «todos los que alzan la y son juzgados injustamente como emblemas públicos y sociales», se arrancaba la actriz. Por continente, la obra «no necesita a un público con un gran conocimiento en la ópera; no hace falta ser un erudito», incidía Pastor.

Tras la avanzadilla de Café Kafka, Les Arts se presentará hasta final de temporada con una mirada contemporánea y con alta presencia de «productos» del propio centro. Emilio López, sin ir más lejos, comenzó como figurante en Les Arts. Luego sería asistente del propio Livermore. Ahora es parte de una de las propuestas con más pretensión de innovación del coliseo.