«Lo han dicho en la televisión». Con esta justificación personas de toda España asumen a diario la veracidad de las pautas y recomendaciones médicas que el espacio Saber vivir lanza desde el magacín presentado por Mariló Montero, La mañana de La 1. De la mano de profesionales del sector y de expertos, el programa lleva desde 1997 dando consejos de vida saludable a su audiencia pero, también, recomendando tratamientos médicos o pautas de salud que ahora han sido puestas en cuestión en una tesis.

El médico y cirujano del Hospital Universitario Morales Meseguer de Murcia, Juan José Gonzálvez Ortega, ha centrado su trabajo de doctorado en verificar cuánto de cierto tienen los consejos que, a diario, se dan a amas de casa, parados y mayores que constituyen el público mayoritario al que va dirigido la sección del programa y los resultados son desalentadores. Según el cirujano, solo «un tercio de las recomendaciones» está sustentado en «un alto o un intermedio grado de evidencia científica»; la mitad de ellas directamente «no la tienen» y una quinta parte, «la contradicen» por lo que alienta a los espectadores del programa a ser «escépticos» con las pautas marcadas «incluso aunque procedan de expertos sanitarios en el tema».

Gonzálvez Ortega estudió para completar su tesis „«Grado de evidencia y veracidad de las recomendaciones en medicina y cirugía del programa de RTVE sobre salud ´Saber vivir´»„, el visionado de 80 capítulos aleatorios del programa que se emite diariamente de marzo de 2010 a marzo de 2015. De ellos recogió las recomendaciones que se daban y las agrupó en quince categorías distintas.

Las más comunes, según el estudio, son las dirigidas a prevenir enfermedades y a reducir el riesgo cardiovascular. Aquí, el autor reconoce que el programa sí tiene en cuenta su vocación de interés público ya que estas patologías son «las más frecuentes en la actualidad y las que mayores tasas de morbilidad y mortalidad evitable producen». Además, destaca el alto porcentaje de pautas relacionadas con el ejercicio físico y la alimentación saludable. Sin embargo critica que uno de cada tres consejos «más frecuentes» está bajo la categoría «´otros´, en la que se encuadran todas aquellas recomendaciones que no son médicas, ni siquiera pertenecen a alguna de las principales y conocidas como ´terapias alternativas´», concluye.

Más allá de la categoría de cada consejo, el cirujano entra a valor sus características y concluye que la manera de ofrecer la información no es la más adecuada, ya que se tiende a expresar la información «generando una magnificación falaz e innecesaria» de los efectos esperados, lo que lleva a «confundir más a quien lo oye, al generar unas expectativas irreales, que a beneficiarlo».

La tesis „que sigue el ejemplo de un estudio similar realizado en Estados Unidos„ aporta cuáles serían las características ideales de un programa de televisión de divulgación médica: más calidad que cantidad en las ideas lanzadas, consultar mejores fuentes, dar toda la información incluyendo la negativa y el efecto real de a cuánta gente beneficiará y ser más cautelosos cuanto más popular sea el tema a tratar.